La estación de autobuses de Lleida: Una terminal de otros tiempos

Hace una semana que la estación de autobuses de la calle Saracíbar pasó de ser gestionada por la cooperativa Edalsa a manos de la Paeria y reconvertida en un apeadero, y los problemas que acumuló la terminal durante los 50 años de concesión están lejos de haber podido solucionarse en siete días. Suciedad, falta de personal y de información y la ausencia de taquillas y lavabos son los principales defectos que señalan viajeros y conductores, y muchos de ellos no se habían percatado del cambio de titularidad. De momento, la mejora que sí constatan es que la iluminación ha mejorado, ya que se han renovado las luces y los cuadros eléctricos, que eran casi los mismos que cuando fue inaugurada en 1972.

Nadia es una leridana que utiliza diariamente la estación y señala que “el único cambio que he visto es que no hay personal que informe o ayude a los viajeros, cosa que creo que se debería mantener, porque hoy ya me han preguntado dos personas distintas si sabía a qué andén debían ir”. Su amigo Adrià comparte esta opinión y añade que “Lleida debería tener mejores instalaciones de bus que un simple apeadero porque es un medio de transporte que utiliza mucha gente y no puedes comprar billetes en taquillas ni ir al baño, y de la limpieza ya ni hablemos, los andenes hablan por sí solos”. Eduard, un vecino de Torregrossa, critica que “al llegar te tienes que espabilar para conseguir un billete y encontrar tu anden, y creo que como mínimo deberían dar información, porque si no es caótico”.

Reconoce que la limpieza brilla por su ausencia, “igual que antes del cambio de titularidad, aunque sí parece que hay más iluminación”. Además, lamenta la ausencia de lavabos, pero admite que “utilizarlos antes era lo peor, su estado era más que impresentable”.Josep y Miguel, dos conductores de autobús que llevan años cubriendo trayectos con origen o destino Lleida, destacan que sí ha habido una mejora en esta semana. “Hay mucha más luz, pero no hay informadores y es un caos para los usuarios”, dice Miguel, mientras que Josep critica la falta de lavabos.

“La antigua gestora no cuidaba nada, pero al menos estaban abiertos, aunque eran como el escenario de una película de terror”, precisa. Por último, los dos exigen más seguridad. “Nunca la ha habido, pero así se podría prevenir los robos de equipaje, ya que hemos tenido temporadas muy duras de hurtos”, concluyen.

Por su parte, el teniente de alcalde de Urbanismo, Toni Postius, dijo que próximamente instalarán baños portátiles, ya que los actuales están obturados y degradados. Indicó que ya se ha hecho una limpieza con agua a presión y se está desatascando el alcantarillado. Subrayó que el edificio está “peor de lo que esperábamos” y no descarta pedir responsabilidades “a quien en su momento tuvo capacidad para actuar y no lo hizo”, en una alusión implícita a anteriores gobiernos del PSC. Añadió que tienen previsto pintar y señalizar mejor la terminal.