ESNOTICIA
Los taxistas piden que se permita instalar cámaras en los vehículos
Marcha lenta de 70 compañeros hasta el lugar del asesinato en homenaje a la víctima
Unos 70 taxis hicieron ayer al mediodía una marcha lenta desde la avenida Blondel hasta la calle Sifó, en La Bordeta. Este fue el último trayecto que hizo como taxista Mohamed Ezzeraiga antes de ser asesinado y ayer se recorrió en el homenaje que le hicieron sus compañeros, que depositaron tres ramos de flores y una vela en el punto donde fue atacado. Allí también se hizo un emotivo minuto de silencio y hubo un discurso para condenar el crimen y pedir justicia que acabó con un largo aplauso.
“Ha sido él pero hubiera podido ser yo”, afirmaba uno de los taxistas. Dijeron que hacía dos décadas que no se producía un hecho de este tipo, aunque el sector apunta que las agresiones han ido en aumento y que el crimen del domingo ha colmado el vaso. “Tenemos la percepción que hay más agresiones, que son más graves y con casos recientes”, comentó Luís Berbel, presidente del Sindicat del Taxi de Catalunya (STAC).
Para ello piden implementar medidas de seguridad y que la administración autorice la instalación de cámaras de seguridad dentro del vehículo, que no se permite por temas legales como la protección de datos; que se financie la instalación de mamparas; y que haya una alarma directa con el 112 que ya es obligatoria en el área metropolitana de Barcelona, según explicó Berbel. “Hay cámaras en los supermercados. ¿Por qué no en un taxi?”, dijo Joan Espuñes, vicepresidente de Loteutaxi, una de la dos cooperativas de taxistas que hay en la capital del Segrià.
Xavi de Juan, presidente de Tele Taxi Radio Lleida, de la que la víctima formaba parte la víctima, afirmó que “la inseguridad siempre nos ha perseguido y hay que tomar medidas porque lo que ha pasado es muy grave”. “Estamos muy conmocionados. A todos nos ha pasado alguna vez que alguien ha querido irse sin pagar.
Pero si llevan armas, estamos desprotegidos”, comentó Rubén Girona, un taxista con 17 años de experiencia. Abel, compañero y amigo de la víctima, afirmó que “es muy duro lo que estamos viviendo. Cuesta volver a conducir un taxi.
Es muy extraño porque el asesino se ensañó con él”. Por la tarde, se hizo un minuto de silencio convocado por la Paeria. El alcalde, Miquel Pueyo, destacó la indignación de toda la sociedad leridana y envió “la solidaridad” hacia la familia de la víctima.