FORMACIÓN SERVICIOS
Universidad accesible al 100%
Estudiar un grado o un máster teniendo que ir en silla de ruedas o sufriendo dificultades auditivas o visuales, dislexia o déficit de atención resulta más difícil que para la mayoría de sus compañeros. Sin embargo, la Universitat de Lleida (UdL), a través del servicio UdLxTothom, ofrece todas las herramientas posibles a estas personas con discapacidades físicas o con necesidades de apoyo educativo para facilitarles su labor. El objetivo es promover la participación y la integración de las personas con diversidad funcional, en base a los principios de igualdad de oportunidades, inclusión y responsabilidad social”, afirma la Coordinadora de Compromiso Social, Igualdad y Cooperación, Núria Camps, que junto a Teresa Torres se encargan del proyecto.
“En el caso de los alumnos que, por ejemplo, van con silla de ruedas, buscamos a un compañero de la misma clase para que le ayude a abrir las puertas, a colgar el abrigo o a ir al baño a través de un acuerdo de compromiso con una ayuda económica”, detalla. Para estudiantes con problemas auditivos, “les ofrecemos unos bucles magnéticos, como unos audífonos, que están conectados al micrófono del profesor, por lo que el sonido les llega directamente al audífono, y para los que tienen un déficit visual, instalamos unas cámaras de vídeo en el aula que enfocan la pizarra o lo que proyecta un monitor y la imagen se visualiza en el ordenador del alumno”. Con respecto a trastornos leves como dislexia, déficit de atención, espectro autista o algún Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), se hace un seguimiento psicopedagógico gracias al Consell Social de la UdL, que elabora un informe con las adaptaciones necesarias.
Entonces, en cada centro hay un responsable que hace de enlace entre el profesorado y UdLxTothom para informar de dichas adaptaciones. “Por ejemplo, a una persona que le cuesta concentrarse se le pone a primera fila, o en el caso de los disléxicos, pedimos al profesorado que les den más margen de tiempo para hacer tareas o que la letra de un examen sea más grande”, señala. En este sentido, Camps explicó que durante la pandemia hubo alumnos que se dieron cuenta de que eran disléxicos al no tener tiempo de terminar un examen online, y que también recibieron muchas solicitudes por casos de ansiedad.
Decidieron dar una charla sobre cómo sobrellevarla y gestionarla s a unos 750 alumnos. Ahora, atienden a 141 estudiantes y las necesidades más habituales son por dislexia y TDAH (déficit de atención con hiperactividad). Por ello, se da formación al profesorado para que ya sepa qué hacer en según que casos.