El paro de los conductores de buses respeta los servicios mínimos salvo a primera hora

La segunda jornada de huelga de los trabajadores de Autobusos de Lleida-Moventis en un mes tuvo como principal novedad respecto a la del 25 de marzo que sí hubo servicios mínimos, aunque con complicaciones. Y es que los 18 autobuses que tenían que salir a las 6.30 horas de la mañana no pudieron hacerlo hasta pasada una hora, ya que según explicó el concejal de Movilidad, Joan Ramon Castro, “parte de los piquetes impidieron la salida de los vehículos poniéndose en la puerta de las cocheras y lanzando huevos con harina a la parte delantera del bus, provocando que seis de ellos tuvieran que volver para ser lavados”. Después, sí salieron todos los autobuses de servicios mínimos.

A las 10.00 horas, los huelguistas se concentraron en la plaza Ricard Viñes y bajaron por Balmes y Rambla d’Aragó cortando el tráfico para protestar ante la sede de Moventis en avenida Madrid y ante la Paeria. Lanzaron huevos a los autobuses que circulaban y a la sede de Esquerra. Por la tarde volvieron a repetir esta marcha. El motivo de la huelga es porque la empresa afirma que no puede asumir la subida salarial del 7%, que es el IPC más el 0,5%, fijado en el convenio colectivo.

Hasta última hora del jueves hubo negociaciones con la Paeria de mediadora, pero finalmente se rompieron y los trabajadores solo ven una solución: la vía judicial. No obstante, la versión de las negociaciones de los trabajadores y la dirección son sustancialmente diferentes. El presidente del comité de empresa, Paco Morales, aseguró que los piquetes no impidieron la salida de los autobuses y que al paro se apuntaron 100 empleados y 54 se quedaron de servicios mínimos. Señaló que en las negociaciones “todas las propuestas eran nuestras” y criticó a la Paeria porque “más que de mediadores, parecían que estaban del lado de la patronal”. Morales también dijo que “solo pedimos cumplir el convenio firmado y el día 28 tenemos tribunal de mediación, porque esto irá a los juzgados y tenemos las de ganar”.

Por su parte, el responsable de Autobusos de Lleida, Carles Soldevilla, dijo que ofrecieron a los trabajadores “una subida del salario un 4,5% este año y un 2,5% el siguiente y un plus del 0,5% si firmaban el jueves, pero dijeron que no”. Añadió que la Paeria “ejerció de mediadora como tal y buscando un acuerdo y en pro de la ciudadanía” y abogó por “llegar a un acuerdo antes de ir a la mediación, queremos seguir negociando”.

“La Paeria defiende los intereses de la ciudadanía”

El alcalde, Miquel Pueyo, aseguró ayer que la Paeria ha hecho “todo lo que ha podido para que la empresa y los trabajadores de Moventis llegaran a un acuerdo y se evitara la huelga, pero no ha sido posible”. Afirmó que hubo propuestas por ambas partes y un “acercamiento de posturas” que parecía que podía fructificar en un entendimiento, pero “finalmente no fue así y lamentamos las molestias que ha podido ocasionar el paro a los ciudadanos”.

Sobre las acusaciones del comité de empresa, que dijo que la Paeria ejerció más de patronal que de mediadora, Pueyo subrayó que es “absolutamente mentida”, y recalcó que “ahora es fácil atribuir toda la culpa al mediador, pero el ayuntamiento debe defender y defiende los intereses de la ciudadanía y debe garantizar que en una huelga se cumplan unos servicios mínimos”. A su vez, detalló que el servicio de autobuses supone un gasto “de 7 millones de euros cada año y que el pasado ejercicio, debido a la pérdida de viajeros, se generó un déficit de 1,5 millones, por lo que el coste por la Paeria es de 8,5 millones de euros y por ahora hay un 20% menos de usuarios que antes de la pandemia”.

Por último, Pueyo condenó el lanzamiento de huevos a los buses de servicios mínimos, recalcando que “me parece totalmente inaceptable, poco favor hacen estas acciones para simpatizar con la causa de los trabajadores”.