Los centros educativos apuestan por la movilidad sostenible
Los centros educativos están implicados en la movilidad sostenible y para eso promueven que sus alumnos vayan a clase andando, en bicicleta o patinete y han adaptado las instal· laciones para que puedan aparcar los vehículos. Es el caso, por ejemplo, de los institutos Joan Oró y Gili y Gaya, que también impulsaron que el carril bici llegara hasta el Camp Escolar proponiendo esta actuación en el marco de los presupuestos participativos de la Paeria.
Carles Sallan, de Joan Oró, explica que ampliaron el parking de bicicletas exterior y también están condicionando lo que tienen en el interior porque uno se les ha quedado pequeño. “Hemos puesto quince barras para aparcar bicis y sirve también para patinetes”, señala, y aconseja a los estudiantes que aten los vehículos para evitar robos, aunque disponen de cámaras.
Pere Pifarré, de Gili i Gaya, recuerda que en un proyecto sobre como les gustaría que fuera el centro los mismos alumnos propusieron mejoras de movilidad “y algunas se han podido implantar”, como la instalación de más portabicis para poder aparcar hasta setenta (al principio sólo cabían veinte). Añade que para los patinetes han habilitado “un sótano como parking, con un enchufe para recargarlos,”, y apunta que una asociación les cedió quince bicicletas para que puedan utilizarlas alumnos y docentes durante todo el año “en préstamo sin coste económico, pero firmando un documento de responsabilidad”.
Otra iniciativa por impulsar la movilidad sostenible es los Bici Bus de la Escola Espiga, que se puso en marcha en el 2020 y consiste en que alumnos y padres vayan en bicicleta y en grupo desde el centro de la ciudad hasta la escuela. El instituto Manuel de Monstuar también empezó a organizar el suyo propio Bici Bus en el 2021.
La Paeria prevé carriles bici para enlazar la ciudad con estos dos centros, que están en las afueras, con fondo Next Generation.