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El ayuntamiento de Lleida clausura por ilegales una iglesia evangélica y un local islámico
La primera, en Pardinyes, por vulnerar la normativa de seguridad y el segundo, en La Bordeta, por falta de documentación || Resoluciones con carácter definitivo
El templo evangélico Catedral de la Familia ocupaba parte del antiguo establecimiento Bricorama.
El ayuntamiento ha ordenado la clausura inmediata de una iglesia evangélica en Pardinyes porque el local no cumple las condiciones de seguridad obligatorias y ha dejado sin efecto por falta de documentación la petición de apertura de un local religioso islámico en La Bordeta, al que también le impone el cese de su actividad. La orden de clausura corresponde al templo de 242,24 metros cuadrados que la iglesia evangélica Catedral de la Familia había habilitado en el número 2 de la calle Pere Cavassèquia, en el local del antiguo Bricorama. Esta entidad pidió la licencia el pasado noviembre y en diciembre la Paeria ya ordenó la suspensión de su actividad porque, según un informe de los técnicos municipales, había “un riesgo para las personas”, y le daba un mes para acreditar que había resuelto todas las incidencias.
En febrero, esta comunidad evangélica aportó un certificado técnico indicando que cumplía todos los requisitos exigidos. No obstante, un informe de Enginyers Lleida -colegio profesional que tiene un convenio de colaboración con el ayuntamiento- concluyó que “no se acredita el cumplimiento de todos los requisitos exigidos”, extremo en el que se ratificó después de que la entidad presentara más documentación. Por ello, la Paeria ha acabado decretando “el cese definitivo” de la actividad.
El local religioso musulmán es de la Comunidad Islámica de La Bordeta, que hace año y medio presentó a la Paeria la comunicación previa para implantar “una actividad religiosa” en el local situado en el número 5 de la calle Antoni Solé. La Paeria le instó ya entonces a aportar más documentación porque, entre otras cuestiones, ni tan siquiera especificaba qué actividad religiosa quería desarrollar, ni tampoco había ningún proyecto técnico ni certificado de cumplimiento de la normativa vigente. Sin embargo, el plazo concedido para subsanar estas deficiencias acabó sin que esta comunidad islámica lo hiciera.
Por ello, hace ya casi un año el consistorio dictó una propuesta de resolución para dejar sin efecto la petición de permiso y ordenar el cese de la actividad, lo que notificó a la entidad. Finalmente, hace unas semanas, después de que esta comunidad musulmana tampoco hubiera presentado ninguna alegación ni documentación adicional, dejó sin efecto de forma definitiva la comunicación previa presentada en enero de 2021 para abrir este local religioso y decretó la clausura de su actividad. Según vecinos del barrio, el local sigue en funcionamiento.
