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ENTREVISTA INSTITUT CATALÀ DE LA SALUT

«Queremos que el Arnau tenga la tecnología más moderna»

Entrevista a Alfons Segarra, gerente territorial del ICS

«Queremos que el Arnau tenga la tecnología más moderna»

«Queremos que el Arnau tenga la tecnología más moderna»MAGDALENA ALTISENT

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¿Cuál es el calendario de las obras de bloque quirúrgico y la previsión para el nuevo edificio previsto, así como su coste?

Es imprescindible definir el plan director de espacios de la región sanitaria y del Arnau, pero queremos ir más allá. Ya tenemos en marcha las obras del bloque quirúrgico y el calendario se cumplirá en función de las dificultades técnicas que pueda encontrar la constructora. No obstante, de momento todas las fases se van cumpliendo y está previsto que las obras estén terminadas a finales del 2025.

Sobre el nuevo edificio, que se construirá junto al polivalente, es un proyecto muy importante para Lleida y no solo para el Arnau. Ya hay un anteproyecto y una línea de estudio para su financiación. El edificio estaría listo para funcionar a finales 2023 gracias a los fondos europeos, pero este punto todavía está por definir. Será una construcción sólida y estable, pero no será de arquitectura clásica. Su coste será de unos 25 millones de euros y tendrá una superficie de 15.000m², pero todavía está en trámites.

Entonces, ¿las consultas externas se concentrarán entre este nuevo edificio y el polivalente?

El nuevo está pensado mayoritariamente para consultas y también nos servirá para vaciar el contenido del polivalente y adaptarlo a las necesidades que tenemos ahora, puesto que tiene una estructura que no se adapta a lo que necesitamos, como espacios más a medida para consultas. Una vez adecuados los dos equipamientos, la actividad de consultas estará concentrada básicamente en estos dos edificios, así como el hospital de día.

¿Sigue vigente el plan de reformar todas las plantas del Arnau?

Ahora hemos conseguido un e PET-TAC y lo tenemos que instalar, y hay que hacer una reforma en el sótano de Radiología y trasladar máquinas como las de TAC, resonancia y cámaras. El PET-TAC era muy esperado en Lleida y se suma a las obras del bloque quirúrgico. Esto implica desplazar mucha gente y son dos obras que ocupan espacio.

El proyecto del PET-TAC es muy positivo porque hemos conseguido que no sea una incorporación a finales de 2023, sino que hay un compromiso del ICS de que el 22 de junio ya tendremos uno portátil, que tiene plenas garantías y todas las coberturas sanitarias y de seguridad. Hará los PET-TAC de la región sanitaria hasta que el nuestro esté operativo. Es una gran noticia porque implica que la gente que iba a Barcelona a hacerse la prueba ya no tendrá que ir a partir del 22 de junio.

En Lleida se generan una media de unos 2.000 PET-TAC al año. Hay unos 300 pacientes que, por razones concretas, aún deberán trasladarse hasta que no tengamos el fijo, pero las 1.700 pruebas restantes las haremos aquí Es la herramienta imprescindible para el diagnóstico y seguimiento de los tumores, porque muestra la actividad metabólica de una lesión. No hay comité de tumores que pueda trabajar sin PET-TAC, e ir a Barcelona atrasaba el proceso.

Así, acercamos el diagnóstico mucho antes de que llegue el nuevo equipo. Es una auténtica revolución. La reforma de las plantas sigue adelante. Iremos haciendo una a una teniendo siempre una de reserva. No será a corto plazo, dependerá del cronograma y de la financiación.

¿Prevén potenciar que los hospitales de la provincia compartan médicos?

La visión del equipo directivo es muy clara. Lleida trabaja con dos grandes hospitales [Arnau y Santa Maria] unidos por una alianza estratégica, y deben tener una visión territorial. El modelo es el que hemos creado con una UCI territorial, que no solo ha unificado las de Arnau y Santa Maria, sino que incluye un modelo telemático con apoyo a los hospitales de La Seu, Tremp y Aran. Es el modelo de gestión que pretendemos. Por ejemplo, en Nefrología, se presta la asistencia en el Arnau y Santa Maria, pero los profesionales se desplazan al hospital del Pallars para hacer diálisis, consultas y hospitalizaciones.

Es una muestra de la unidad territorial en cuanto a servicios. El Pirineo forma parte de nuestra estructura sanitaria y hay que dar la misma cobertura a sus ciudadanos que a alguien que vive en Mollerussa, por ejemplo. En un futuro, tendremos un modelo de servicio integrado.

¿Derivarán actividad a la privada para reducir listas de espera?

En cuanto a la actividad quirúrgica, trabajamos mañana y tarde y estamos reduciendo las listas de espera de forma rápida. En las pruebas diagnósticas el problema estaba principalmente en electromiogramas y ecografías. Había carencia de neurofisiólogos y hemos creado un equipo compartido entre el Arnau, Santa Maria y Vall d’Hebron, por lo que pronto se reducirá el tiempo de demora. Y con las ecografías haremos lo mismo, compartir profesionales, porque es mejor ayudamos que competir.

Por lo que ha dicho, parece claro que una prioridad es que Lleida asuma la máxima actividad para no enviar pacientes a Barcelona.

Hemos salido de una pandemia y los profesionales están cansados, pero veo a la gente ilusionada en crear un gran hospital para Lleida. Está cada vez más convencida del modelo territorial de atención a la salud y también de que el Pirineo no es una lugar ajeno. Tenemos que pensar en clave territorial. El nuevo equipo directivo quiere que todo aquello que cubre las necesidades de medio millón de personas se haga donde vive la gente y que solo se tenga que derivar a Barcelona aquello que es exclusivamente poco frecuente.

Pero todo lo otro se puede hacer aquí en Lleida. Hemos traído dos robots Da Vinci, brazos robóticos para cirugía de rodilla, el PET-TAC, nuevas resonancias y un Loop-X, entre otros equipamientos. Intentamos que el hospital sea atractivo y tenga la tecnología más moderna que usa cualquier hospital de Barcelona para que los profesionales quieran venir y que la gente de aquí sienta que recibe una atención del mismo nivel de calidad que en otro lugar.

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