La subida de la luz ahoga a pequeños comercios, que pagan el triple que en 2021
La subida de en torno al 250% de la factura de la luz en el último año afecta tanto a las familias, que ven limitado su poder adquisitivo, como a las empresas, que sufren una reducción de sus márgenes. El aumento de los costes de producción afecta a todos los sectores económicos, pero el desorbitado precio de la luz perjudica especialmente a los negocios más dependientes de la electricidad. El sector de la hostelería es uno de los más afectados, y los hornos de pan y peluquerías son dos claros ejemplos de servicios esenciales con dificultades económicas por su alto consumo eléctrico, como afirman propietarios y portavoces de los gremios. En estos sectores, el coste de la luz se ha doblado o triplicado en muchos casos.
Pilar Marqués, presidenta del gremio de panaderos de les Terres de Lleida, indica que la mayoría de hornos de pan son eléctricos, y las neveras, cámaras de fermentación controlada y amasadoras también consumen mucha energía. En su panadería, la factura de la luz se ha triplicado en poco más de un año. En algunos casos, han pasado de pagar 3.000 a 9.000 euros al mes. Este abril, tuvieron que subir los precios un cinco por ciento, pero como las materias primas son ahora un 35 por ciento más caras, deberán volver a elevarlos. “Para cubrir los costes, deberíamos subir 20 o 30 céntimos la barra”, añade, pero aclara que es inviable.
El presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau, afirma que en muchos casos los empresarios asumen los sobrecostes provocados por la inflación. En su hotel, en un año pasaron de pagar una factura de luz de 3.200 euros mensuales a 5.900. Han subido los precios de los menús unos dos euros, pero no es suficiente. Coincide con el análisis de Modesto Ribes, copropietario del restaurante La Masia, de Lleida. También ha tenido que subir precios, pero se muestra más optimista. “No hemos notado una bajada de la clientela, de momento hay trabajo. La gente se quiere encontrar y sociabilizar”, comenta.
El caso de las peluquerías es también destacable. A todos los sobrecostes se les une la subida del salario base de los trabajadores. Aparte, no se pueden beneficiar de ninguna ayuda del Gobierno porque están limitadas a sistemas inferiores a 10kW, y en una peluquería todo consume un mínimo de 15 kW. Según explica la propietaria de un establecimiento, el importe del recibo mensual ha crecido hasta un 50% en el último año.