INFRAESTRUCTURAS POLÉMICA
Frente común para que la CHE autorice un paso agrícola entre Butsènit y Montoliu
Los municipios afectados piden la ayuda de las administraciones para presentar un proyecto viable
Representantes de los ayuntamientos de Albatàrrec, Montoliu, Sudanell y de asociaciones de vecinos de l’Horta de Lleida acordaron ayer hacer un frente común para encontrar una solución al derribo del paso del río Segre entre Butsènit y Montoliu por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) al no cumplir la normativa (ver desglose). En una reunión en el ayuntamiento de Albatàrrec, decidieron pedir a los técnicos del consell comarcal del Segrià y de la Diputación elaborar un proyecto para hacer un paso agrícola, que permita como máximo 16 toneladas de peso, y entregarlo a la CHE para que haga las valoraciones para su posible construcción, ya que creen que es “vital” para payeses y vecinos. En el encuentro estuvieron el alcalde de Albatàrrec, Jaume Sanuy; la edil de este municipio Alba Castellví, el teniente de alcalde de Montoliu; Josep Ramon Mòdol, el de Sudanell, Ramon Biosca, y los representantes de l’Horta Francesc Montardit (FAV), Mireia Valls (Butsènit), Jaume Peralta y Adrià Drago (Rufea).
Lamentaron que no acudiera nadie de la Paeria, ya que afirmaron que es “clave” en este conflicto, pero confían en su apoyo. Desde el ayuntamiento aseguraron que hacen “seguimiento” del tema. Los presentes también coincidieron en que necesitan la ayuda económica de las administraciones para llegar a construir otro paso “aunque sea humilde”.
La demolición por falta de seguridad causa el enfado de los vecinos
Las obras de demolición del paso de unos 200 metros arrancaron la semana pasada y aún se están llevando a cabo por parte de la CHE, a través de la empresa pública Tragsa. La CHE señaló que el derribo de este paso permitirá que el río recupere la dinámica fluvial y la fauna propia, y suprimirá un obstáculo que podría resultar peligroso en caso de crecida. El inicio de su demolición causó la protesta de vecinos de la zona, que intentaron pararlo.
El alcalde de Albatàrrec, Jaume Sanuy, dijo ayer que “no hemos tenido la fuerza suficiente para parar el derribo” y que “los más perjudicados somos los vecinos”, ya que ahora hay que dar una vuelta de 15 kilómetros para cruzar. Por su parte, el presidente de vecinos de Rufea, Adrià Drago, propuso que en el nuevo proyecto se fomente la necesidad del nuevo paso tanto para la agricultura como para el turismo. También explicaron que se por vecinos para ir a la Caparrella e incluso por parte de fuerzas de seguridad.