'Boom' de reformas de pisos y el comercio ve inviable tener puertas a tiempo en tiendas

Las empresas que se dedican a las reformas de viviendas y el sector de los instaladores están viviendo actualmente un incremento de encargos, según corroboraron profesionales de estos ámbitos. Indicaron que están recibiendo más encargos de reformas en domicilios o comunidades de vecinos, aunque apuntaron que, al mismo tiempo, “la gente es prudente” y que “va por zonas”, indicó el instalador Ricard Guiu. Recordó que en el sector pasaron una época de “mucho trabajo cuando había mucha obra nueva y también reformas, después no había obras y ahora parece que se ha abierto más el abanico y la gente tiene ganas de hacer arreglos”.

Añadió que las empresas de instalaciones están buscando personal para afrontar el crecimiento del trabajo y están encontrando dificultades para encontrar mano de obra cualificada. Explicó que en la actualidad en el sector solo hay de dos franjas de edad, “los que tienen una media de 45-50 años que tienen unos veinte años de experiencia o bien jóvenes de 20 años que acaban de terminar los módulos profesionales”. Al respecto, un responsable de la empresa Instal·lacions Elèctriques Mir Reig dijo que tienen “muchísimo trabajo” y que si hubiera más mano de obra disponible podrían contratar a cuatro personas.

Ahora son ocho en la plantilla. Dijo que cada semana instalan una media de una cocina y un cuarto de baño y que cada mes reforman una vivienda entera. En Grup Gamma Lleida también han constatado un aumento de la demanda de reformas en las viviendas.

Apuntaron que la tendencia comenzó ya el año pasado y ha continuado este, y atribuyeron esta situación al hecho de que las personas que durante la pandemia tuvieron que trabajar en casa pudieron ahorrar y vieron la necesidad de hacer cambios en sus domicilios.Precisamente, Pimec alerta de que por este ‘boom’ de trabajo no podrán tener puertas en todos los comercios antes del 30 de septiembre, para cumplir con el decreto de ahorro energético. Así lo remarcó ayer el presidente de Pimec Comerç Lleida, Manel Llaràs, que explicó que desde la patronal se ha pedido una moratoria hasta el 30 de noviembre. “Cuando entró en vigor el decreto hace dos semanas, ya advertimos de que era materialmente imposible que en un mes y medio, con agosto y vacaciones de por medio, se pudiera cumplir con la norma de que los comercios tuvieran puertas, ya que las primeras demandas en toda España agotarán el stock y los fabricantes no podrán dar abasto”.

De hecho, explicó que algunos comercios de la provincia de Lleida tienen dificultades para encontrar instaladores, porque están de vacaciones, y para otros supone un gran gasto, ya que la tienda está adecuada para no tener puerta y tienen que invertir para reformar el local. Aun así, dijo que debido a la climatología de Lleida, la mayoría de comercios sí que tienen puertas.