«Me puse de parte después de votar»

Sofia es una niña “muy deseada”, reconoce su madre, Elisabet Aguiló. “Nos costó muchos años lograr ser padres y no fue precisamente un camino de rosas. Después de varios abortos tuve un embarazo de alto riesgo por placenta oclusiva, lo que me obligó a estar en reposo absoluto durante siete meses”. A pesar de todo, Elisabet y su marido, Jesús Villayandre, estaban emocionados con la celebración del referéndum del 1 de octubre. “A Sofia no la esperábamos hasta el 8 o el 9 de noviembre, por las Festes del Sant Crist de Balaguer. Aunque teníamos el colegio electoral muy cerca de casa, en la Escola Pia, me llevaron en coche para no hacer ningún esfuerzo”. En la capital de la Noguera no hubo cargas policiales, así que “aunque vimos lo que pasaba en Barcelona, en Lleida y en otros tantos lugares, para nosotros fue una mañana muy bonita”. Tanto es así que decidieron ir a comer con sus padres. “Estaba cansada, pero feliz”.

Al llegar a casa se sintió mal. “Vomité y eso me provocó un desprendimiento de la placenta. Sabíamos que podía pasar, pero te asustas igual. Yo mantuve la calma en todo momento, pero había tanta sangre que no me extraña que todo el mundo se preocupara”. Aguiló solo tiene palabras de agradecimiento para los servicios sanitarios que la atendieron. “La ambulancia no tardó ni 5 minutos y la doctora estuvo todo el tiempo hablando conmigo por teléfono para decirme qué hacer”. A partir de ese momento, “se acabó el 1-O para nosotros”.

Sofia tuvo que pasar tres meses ingresada. “Fue muy duro”, recuerda. “Íbamos a verla cada día al Arnau y lo que oíamos en la radio de camino a Lleida nos parecía algo muy lejano”. La pequeña, totalmente recuperada, cumple hoy cinco años. “Ella aún no es consciente de haber nacido un día muy especial. Cada vez que tengo que hacer un trámite y digo su fecha de nacimiento, el funcionario de turno levanta la cabeza y me mira asombrado”.