SUCESOS INVESTIGACIÓN
Un encarcelado por el crimen de Albesa, con antecedentes violentos
Un testigo dice que escuchó cómo el y otro hombre se pelearon con la víctima
D.S.S., uno de los dos encarcelados por el crimen de Nosa Richard Omoerede, el joven de 22 años de Lleida cuyo cadáver apareció semienterrado junto a un camino cerca del Noguera Ribagorçana en octubre del año pasado en Albesa, tiene antecedentes por delitos violentos. La titular del juzgado de Instrucción 2 de Balaguer decretó el jueves su ingreso preventivo en prisión ante los indicios que apuntan a que fue uno de los dos autores materiales de la muerte del joven. Considera que hay riesgo de fuga y habría cometido un delito –homicidio– con una elevada condena.
El otro supuesto autor material sería G.G., un ciudadano lituano que está fugado. El tercer encarcelado, J.P.G., habría colaborado en el transporte y la ocultación del cadáver. De hecho, los investigadores tomaron declaración a una testigo que afirmó que estos dos hombres se pelearon con la víctima en el piso en el que vivía de okupa en la calle Penedès, en Balàfia.
D.S.S. afirmó ante el juez que le pagó 4.000 euros –1.000 más de lo acordado porque la víctima decía que tenía una deuda por drogas con los Trinitarios– para que se marchara y que no lo volvió a ver. Habría sido la última vez que se le vio con vida.
Fue el 6 de mayo. Los investigadores creen que esa mañana mataron a Nosa Richard Omoerede tras pelearse en el piso y después trasladaron su cadáver a Albesa, donde le enterraron. Alguno de ellos habría comentado a los vecinos del inmueble que el joven había regresado a su país de origen.
Cabe recordar que el cadáver no fue descubierto hasta cinco meses después. Estaba en avanzado estado de descomposición y pudo ser identificado. Los Mossos también creen que los investigados no se alarmaron hasta que a mediados del pasado julio, un año y dos meses después del crimen, los medios de comunicación publicaran que se había identificado a la víctima –la policía lo sabía desde hacía más de un mes y ya habían pinchado sus móviles– (ver SEGRE de ayer).
Constan escuchas telefónicas entre ellos que les incriminan. Una de estas tuvo lugar a mediados de julio, una vez se conoció la noticia, en la que acordaban dar un versión similar en el caso de ser interrogados. También tomaron precauciones para evitar ser descubiertos.
La policía sigue con las diligencias y, entre otros, está analizando los teléfonos de los investigados.