La incineración sigue al alza frente a los entierros y suben los funerales laicos

Cerca de un 40% de los difuntos de Lleida ciudad y un 25% de toda la demarcación son incinerados en lugar de ser inhumados. Este porcentaje lleva años aumentando, aunque la de Lleida es, con diferencia, la provincia catalana donde esta tasa es menor. Asimismo, empieza a haber una tendencia al alza de los funerales laicos.

La incineración de los difuntos gana terreno frente a la inhumación y los funerales civiles también lo hacen frente a los religiosos, aunque más lentamente. Estas son dos tendencias que constatan tanto funerarias de Lleida como la patronal catalana del sector, Asfuncat. El presidente de esta entidad, Josep Maria Mons, detalla que en de Catalunya las incineraciones ya son mayoría, con un 52%, y crecen a un ritmo sostenido.

Aunque la provincia de Lleida figura a la cola, con un 25% de cremaciones, en dos años se han incrementado en 4 puntos, ya que en 2019 eran el 21%. Mons indica que la incineración sale más barata que el sepelio en un nicho si la familia no es titular de ninguno, pero precisa que “no vemos que en la mayoría de los casos el precio sea el motivo para elegir una opción u otra”. Entre los factores que explican que Lleida sea la provincia con menos incineraciones (ver gráfico) figuran que el único horno crematorio disponible es el de la funeraria La Lleidatana en la capital y que esta práctica es más habitual en zonas urbanas que en las rurales.

Ambos hechos motivan que en Lleida ciudad la tasa sea mayor, un 39,45% el pasado año y un 36,68% en lo que va de este. Gilbert Gutiérrez, gerente de Serveis Funeraris Sant Esteve de La Seu d’Urgell, confirma que las incineraciones crecen, aunque “muy lentamente”, y representan entre un 25% y un 30% de sus servicios. Responsables del tanatorio L’Urgell-Tàrrega creen que serán más habituales dentro de “un par de generaciones”.

Precisamente, en el Urgell está previsto el segundo horno crematorio de la provincia, promovido en Bellpuig por Gestió i Serveis Funeraris. El ayuntamiento convocó una consulta ciudadana para decidir si permitía su construcción y ganó el “sí”, con un 58% de los votos. No obstante, las obras no podrán iniciarse hasta que no se hayan completado todos los trámites urbanísticos.

En Balaguer, en agosto abrió un segundo tanatorio, a cargo de Serveis Funeraris El Segre, firma que planea construir un crematorio en el polígono, aunque el proyecto está parado. La empresa está a la espera de ver cómo marcha el tanatorio y cómo evoluciona el mercado para decidir si lo desencallan. Mientras, la tendencia al alza de las ceremonias civiles está vinculada al hecho de que cada vez más familias quieren personalizar el último adiós.

Un ejemplo es la opción que Serveis Funeraris Sant Esteve ofrece de crear una presentación con fotografías del difunto para reproducirla en un televisor durante el velatorio, o en una pantalla de dimensiones mayores si celebran una ceremonia laica de despedida. Su gerente vaticina que este tipo de funerales “irán al alza”, pero precisa que en su caso ahora son “apenas un 10%”. El presidente de Asfuncat dice que “notamos un aumento de las ceremonias no religiosas, entre otras cosas porque los servicios funerarios disponemos de espacios para celebrarlas”.

“Cada vez hay más familias que optan por una ceremonia menos ritual, con más audivisuales y más parlamentos”, añade, y destaca que a raíz de la pandemia, cuando durante un tiempo no fue posible celebrar funerales o solo podían hacerse con muy poca gente, “las familias dan más valor a la ceremonia de despedida”. Además, indica que hay una demanda creciente para retransmitirlas por streaming para familiares y amigos que no han podido acudir. Precisamente, la nueva funeraria de Balaguer ofrece servicios alternativos al rito religioso tradicional.

Sus gestores aseguran que un 19% de los funerales en Catalunya son laicos y que van a más. De los 7 que han organizado, tres han sido ceremonias personalizadas. Asimismo, seis de los 7 han sido incineraciones.

No obstante, los datos del obispado de Lleida certifican que estas ceremonias siguen siendo minoritarias, ya que en 2019 sus párrocos oficiaron 1.733 funerales y el pasado año, 1.714.

Diseñar el propio funeral, opción que va a más

El presidente de Asfuncat, Josep Maria Mons, señala que cada vez hay más gente que acude a las funerarias para organizar su propio funeral, y la mayoría no sufre ninguna enfermedad terminal. “Dicen cómo debe ser la ceremonia con todo detalle, e incluso pagan el contrato”, afirma. Indica que suelen ser personas que han visto el problema que supone decidir sobre estos servicios de repente y teniendo que contar con la opinión de varios familiares, y que no quieren que suceda lo mismo cuando ellas mueran.

Los sepelios solo pueden celebrarse por la mañana desde hace un año

Desde hace un año, el cementerio de Lleida ciudad solo permite celebrar entierros por la mañana. La teniente de alcalde responsable de Salud Pública, Montse Pifarré, argumentó que adoptaron esta decisión porque la brigada contaba con un turno de tres trabajadores por la mañana y otro de tres por la tarde. No obstante, por la tarde apenas había sepelios, mientras que por la mañana había días en que los empleados no daban abasto.

Indicó que por ello se decidió que solo se hicieran entierros por la mañana y que todos los trabajadores pasaran a este turno. “Así podemos acoger hasta 12 sepelios por la mañana y ambos equipos trabajan con más agilidad”, destacó. El primer servicio se ofrece a las 9.30 horas y el último, entre las 13.15 y las 13.30.

Detalló que las familias disponen de una hora para celebrar el entierro, pero que a veces se retrasan y se solapan dos, lo que puede ser asumido al tener sendos equipos de empleados. Afirmó que si alguna familia quiere celebrarlo por la tarde, “se puede si hay una excepción justificada, pero no nos hemos encontrado en esta situación”.

Los recintos destinados a difuntos musulmanes apenas son utilizados

Cuando estalló la pandemia de la Covid, hace más de dos años, ayuntamientos como los de Lleida, Tàrrega o Agramunt, entre otros, reservaron espacio en sus cementerios para entierros de religión musulmana.

En el de Lleida, solo han sido enterrados tres adultos y varios fetos. La teniente de alcalde de Salud Pública, Montse Pifarré, señala que esta comunidad está volviendo a repatriar a los fallecidos a sus países de origen. Mientras, Tàrrega no ha recibido ninguna solicitud y en el camposanto de Agramunt solo ha sido enterrado un bebé.

El ayuntamiento de Lleida ha ofrecido ahora a este colectivo una fosa donde caben entre 200 y 300 cuerpos, pero todavía no ha recibido una respuesta. Pifarré vaticina que servirá “para los hijos y nietos” de los que ahora son musulmanes adultos. En Bellpuig, el ayuntamiento también tiene un proyecto redactado para destinarles un espacio, pero está a la espera de una reunión con representantes de las diferentes comunidades islámicas para que den su visto bueno. Según fija su religión, el cuerpo se deposita bajo tierra y orientado hacia La Meca.