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Alumnos del grado de Educación Primaria dual de la Universitat de Lleida.

Alumnos del grado de Educación Primaria dual de la Universitat de Lleida.AMADO FORROLLA

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El curso 2012-2013, hace diez años, la Universitat de Lleida implantó el grado de Educación Primaria dual, pionero en el Estado en formar a los alumnos dos días a la semana en colegios ya desde primer curso, donde comparten aula con un maestro que les hace de mentor. Lsa escuelas que reciben aprendices y los estudiantes en prácticas están encantados.

Hace justo una década, la Universitat de Lleida (UdL) estrenó el grado de Educación Primaria dual, pionero en todo el Estado en ofrecer ya desde primer curso tres días de formación a la semana en la facultad y dos en colegio. De este modo, los alumnos del grado prácticamente desde el primer día comparten aula con un docente de la escuela, que les hace de mentor y de algún modo pueden sentirse ya ‘maestros’.

En primero se forman los jueves y los viernes en una escuela ordinaria, en segundo van a una Zona Escolar Rural, en tercero a un centro de alta o máxima complejidad (los que escolarizan a muchos alumnos vulnerables) y en cuarto ellos eligen, explica el coordinador del grado, Jordi Coiduras. Al estar todo el curso en una escuela, adquieren habilidades profesionales que después les servirán en el ejercicio de su trabajo, destaca, que complementan a su formación teórica en la facultad. Además, estar en contacto tan pronto con aulas reales les reafirma en su vocación o bien les descubre que realmente no quieren dedicarse a la docencia y pueden reorientar su formación académica y evitar frustraciones.

Coiduras asegura que el grado, que estuvieron diseñando junto a Educación y con el asesoramiento de expertos de Canadá, Francia y Alemania, ha despertado el interés de centros de diferentes puntos del Estado, como País Vasco, Logroño o Castellón. La decana de la facultad de Educación, Maria Pau Cornadó, recuerda que pensaron en crear este grado a partir de un informe europeo sobre formación en alternancia que ponía de relieve que en las universidades faltaba formación práctica. Indica que estuvieron todo un año trabajando en su diseño y constata el éxito de la titulación, pero confiesa que su “gran decepción es que el ministerio no la reconoce como dual porque los alumnos no tienen un contrato laboral”.

Por su parte, el inspector de Educación Josep Serentill señala que tuvieron “la oportunidad de establecer un perfil de docente adecuado a las necesidades de la provincia, que tiene mucha escuela rural y antes nadie iba a hacer prácticas”. Destaca que en los tribunales de oposiciones se aprecia que estos graduados tienen “habilidades profesionales”. “Es un modelo de éxito de la formación inicial de los docentes y redunda en una mejor calidad de la educación”, subraya.

Enrique Correa Molina, de la facultad de Educación de la Université de Sherbrooke, en Canadà, uno de los asesores a la hora de diseñar el grado, cree que la clave es “que universidad y escuela se reconocieron mutuamente como espacios de formación”, así como formar a los profesores que acogen a los alumnos en prácticas y a los supervisores universitarios. Apunta que el futuro no pasa solo por más prácticas sino que sean “de calidad”.

“Los aprendices son uno más de nosotros, se sienten importantes”

Los colegios están encantados de recibir aprendices de maestro. Maria Castells, coordinadora de prácticas de la escuela Alba, afirma que no solo participan en las clases sino en las reuniones, actividades y salidas del centro. “Son uno más, vamos a una”, define, y asegura que “tenemos mucha suerte de tener a los aprendices porque nos hacen dar lo mejor de nosotros mismos”. Asimismo, apunta que los mentores de alumnos en prácticas “lo hacemos por vocación” y no perciben una retribución por ello.

Detalla que este curso la escuela Alba tiene asignados 19 alumnos de Educación en prácticas, 10 de ellos de primero de la modalidad dual. Por su parte, las escuelas rurales reivindican su importancia en el proyecto. Jordi Ribera, maestro de la ZER El Jonc, explica que los aprendices notan un “shock agradable porque vienen de escuelas ordinarias y se encuentran con una clase con alumnos de tres cursos juntos”, y recalca que pronto “se integran en la vida de la escuela, se saben el nombre de todos y se sienten importantes”.

Asimismo, apunta que aprovechan que los docentes en formación “tienen mucha facilidad con los temas digitales” y que su presencia les “retroalimenta”. En esta ZER hay actualmente 5 aprendices.

Alumnos del grado de Educación Primaria dual de la Universitat de Lleida.

Alumnos del grado de Educación Primaria dual de la Universitat de Lleida.AMADO FORROLLA

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