El chalet modernista de los Camps Elisis, lleno de pintadas y con cristales rotos

El próximo jueves se cumplirán seis años desde que el histórico chalet modernista de los Camps Elisis está vacío y en desuso y se ha convertido en un inmueble vandalizado cuya fachada está llena de todo tipo de pintadas, al igual que los cristales, algunos de los cuales están rotos. La última actividad que acogió fue la discoteca River, que cerró sus puertas el 10 de noviembre de 2016 al acabar la vigencia de la concesión municipal que tenía para su uso.

Desde entonces ha habido varias propuestas y procesos para recuperar uno de los edificios modernistas más importantes de la ciudad, estrenado en 1926 y diseñado por los arquitectos Joaquim Porqueres y Francesc de Paula Morera i Gatell. El anterior gobierno municipal del PSC hizo un proceso participativo para decidir qué tipo de usos debía tener, ya fueran culturales, educativos o de restauración. Ganó esta última opción, pero el gobierno la descartó y anunció que acogería una nueva biblioteca.

No obstante, el actual gobierno de ERC y Junts rechazó el proyecto porque, según aseguró, el edificio tiene una serie de afectaciones estructurales que exigirían una inversión muy elevada antes de poderlo destinar a una función como esta.

En la actualidad, ha solicitado ayuda a la Generalitat para poder restaurarlo y contribuir así revitalizar los Camps Elisis, teniendo en cuenta que se rehabilitará el Palau de Vidre, se ampliará el colegio y también se construirá un nuevo pabellón para la Fira. Por su parte, la asociación de vecinos de Cappont tiene claro los usos que debería tener el chalet. “La planta baja debe ser un espacio familiar y cultural, como el Cafè del Teatre”, dijo su presidenta, Veni Ros, “y la primera planta podría ser para actividades de las entidades del barrio, pero que no reabra como discoteca, causaba muchas molestias”.