CIENCIA EQUIPAMIENTOS
La UdL estudiará tumores humanos en ratones
Inyectando en los animales células del cáncer concreto para personalizar tratamientos || En una zona del estabulario
El estabulario, el macrolaboratorio de la Universitat de Lleida para investigar con roedores, prevé habilitar una zona con todavía más bioseguridad que la que dispone actualmente para poder hacer estudios con células humanas para investigar, por ejemplo, tratamientos contra el cáncer. La directora del centro, Carme Piñol, explicó que con este equipamiento se podrán inyectar en un ratón células extraídas del tumor de una persona para que desarrolle ese mismo tipo de cáncer y así poder probar cuál es el tratamiento y el medicamento idóneo en cada caso. Es decir, el objetivo es poder aplicar medicina personalizada para un tumor concreto porque no todos responden igual al mismo tratamiento.
No obstante, indicó que para llevar a cabo este proyecto necesitan recabar primero la financiación necesaria. Actualmente, en el estabulario hay en marcha una veintena de investigaciones, de la cuales seis son sobre diferentes tipos de cáncer, como el de endometrio o de piel (melanoma), así como la producción de metástasis en varios tumores distintos para reducir su diseminación. También hay otros sobre enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y sobre el ictus, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y atrofia muscular espinal, entre otros.
El equipamiento dispone de 5.041 ratones, de los cuales 4.078 tienen una modificación genética para estudiar enfermedades concretas, y 83 ratas. Tienen la misma alteración de una proteína o gen que las personas y suponen un modelo para estudiar enfermedades y aplicar tratamientos.
Las investigaciones continuaron siempre durante la pandemia
La directora del estabulario indicó que durante los momentos más crudos de la pandemia de coronavirus pudieron continuar trabajando en sus investigaciones con los animales porque no tuvieron bajas significativas entre el personal. Explicó que trabajaron divididos en dos grupos, de manera que siempre hubiera uno disponible en caso de contagio del otro, y extremaron las desinfecciones. Remarcó que siempre tuvieron acceso a los ratones, no como ocurrió en otros centros “en los que hubo que sacrificarlos”, aseguró.