Condenado por saltarse un control de la Guardia Urbana y negarse a soplar

La Audiencia de Lleida ha condenado a seis meses de prisión, una multa de 3.600 euros y un año sin carnet a un conductor que se saltó un control de la Guardia Urbana, huyó haciendo chirriar las ruedas de su coche y se negó a someter al test de alcoholemia. El tribunal ratifica la sentencia del juzgado de lo Penal 3 de Lleida y desestima el recurso presentado por el acusado, que alegó que no era la persona que conducía el vehículo y no se sometió al test porque los urbanos no le explicaron lo que tenía que hacer. Los hechos tuvieron lugar sobre las 3.00 horas del 8 de mayo de este en la avenida Catalunya y se considera probado que el acusado circulaba “a una velocidad que hacía chirriar las ruedas, realizando una maniobra no reglamentaria al observar un control policial para evitarlo y haciendo caso omiso al agente que le dio el alto, siendo identificado por otros agentes policiales que pudieron observar que conducía el vehículo y lo estacionaba, comprobando que presentaba síntomas evidentes de consumo de bebidas alcohólicas”.

Concretamente, el acusado tenía “dificultades para mantener la verticalidad, hacía movimientos oscilantes y disminución de reflejos” y se negó a someter al test de alcohol. La Audiencia de Lleida determina que “no cabe ninguna duda de que era el acusado quien conducía el coche, descartándose que los agentes pudieran confundirse”. Por todo ello, le condenan a seis meses de prisión y a un año de retirada del carnet por negarse a someterse al test de alcoholemia, a una multa de 1.800 euros por un delito de conducción bajo los efectos del alcohol y a otra multa de la misma cantidad por un delito de desobediencia a la autoridad.