TELEFONÍA SERVICIOS
Cabinas con los días contados
Son un icono de Londres, fueron un elemento protagonista de una célebre película de Antonio Mercero y han servido para contactar con amigos y familiares, para avisar de emergencias o para gestiones muy diversas. Son las cabinas telefónicas, que hasta hace unas décadas eran un equipamiento imprescindible, pero que dejó de serlo con el progresivo uso de los teléfonos móviles y ahora ya tienen los días contados. Y es que Telefónica ha empezado su retirada progresiva de todos los municipios del Estado después de que el pasado enero entrara en vigor la nueva ley estatal de Telecomunicaciones, que suprimió la calificación de servicio universal obligatorio para los teléfonos públicos.
A partir de entonces, Telefónica ha contactado con todos los ayuntamientos para programar la retirada de todas las cabinas, los teléfonos de la gran mayoría de las cuales no funcionan por vandalismo o por falta de mantenimiento. En Lleida ciudad, la Paeria informó de que en abril recibió la primera notificación de Telefónica “para comunicarnos que se había iniciado el proyecto de desmantelamiento de las cabinas telefónicas”. Según fuentes municipales, todavía quedan 36 situadas en zonas céntricas como la plaza Sant Joan, Rambla Ferran o el apeadero de buses, aunque señalan que “ya se han retirado muchas y se seguirá haciendo de forma progresiva y hay plena colaboración entre las dos partes para ello, ya que el hecho de que elementos obsoletos y degradados estén en la vía pública no da una buena imagen”.
En el conjunto de la provincia hay todavía 119 cabinas, según Telefónica. La mayoría de ellas están en las capitales de comarca y la compañía aseguró que “estamos haciendo una retirada progresiva para minimizar cualquier impacto sobre la ciudadanía”. Según sus datos, en España, al cierre de 2020, había 14.824 cabinas de teléfono, que registraron una media 0,17 llamadas al día, lo que representa una única llamada semanal de promedio. Hace dos años eran 0,37 llamadas al día, una cada tres días.
Guissona y Os las han reconvertido en puntos de intercambio de libros
En la comarca de la Segarra quedan pocas cabinas telefónicas, pero en lugar de optar por su desaparición, el municipio de Guissona les ha dado un nuevo uso reconvirtiendo las dos que había en la localidad en sendos puntos de intercambio gratuito de libros. Hay unas estanterías con libros en su interior y los vecinos pueden cogerlos y dejar otros que ya no usen.
Están situadas en la urbanización La Fonteta y junto al Portal de l’Àngel. Esta iniciativa también se ha aplicado en otros municipios, y uno de ellos es Os de Balaguer, que ya hace tiempo que habilitó una “bibliobox” en la que quedaba en el pueblo. Fuera de Lleida, ciudades como Barcelona o Vila-Real, también les han dado este uso alternativo.
Por otro lado, el Congreso estudió en abril convertirlas en puntos wifi, de información turística y de recogida de paquetería, pero esta opción no ha salido adelante.