La plantilla docente de la Universitat de Lleida envejece y un 66% tiene entre 55 y 70 años

La plantilla de profesores de la Universitat de Lleida envejece y actualmente dos tercios de ellos tienen ya entre 55 y 70 años, la edad máxima de jubilación para este colectivo, según datos de la propia UdL. El rector, Jaume Puy, detalló en el informe que presentó en el claustro que un 66% del personal docente e investigador (PDI) permanente se encuentra en esta franja de edad y apuntó también que un 40% está entre los 60 y los 70 años. Además, indicó que durante este ejercicio se han jubilado 18 docentes, dos de los cuales han sido nombrados profesores eméritos. De hecho, el propio rector, en caso de optar a la reelección y ser escogido en los comicios del mayo de 2023, tendría que dejar el cargo por edad al tercer año.

La UdL, según datos de principios de este año, tiene 1.389 profesores/investigadores, de los cuales 687 son a tiempo completo, otros 693 a tiempo parcial y hay 9 eméritos. Respecto al PDI a tiempo completo, 241 son funcionarios, 234 laborales permanentes, 4 lectores y 168 tienen dedicación preferente a la investigación. Por géneros, un 49% de los docentes son mujeres y un 51%, hombres.

Puy afirmó que son conscientes del envejecimiento de la plantilla docente y señaló que, antes de planificar medidas para rejuvenecerla, están a la espera de saber cómo se concreta el presupuesto de la Generalitat para conocer el importe de la financiación que aportará a la UdL. Subrayó que en función que las transferencias económicas que reciban podrán decidir qué programas llevar adelante para intentar rejuvenecer la plantilla. Por su parte, el vicerrector de Profesorado, Francesc Giné, apuntó que la edad de los docentes “es muy desigual en función de los ámbitos de conocimiento” y puso como ejemplo que en el departamento de Informática e Ingeniería Industrial solo un 6% tienen entre 60 y 70 años mientras que en otros el porcentaje es del 90%.

Por ello, dijo que deben afrontar la situación de manera sectorial, aunque también global. “Esta cuestión no se arregla de la noche a la mañana. El equipo el equipo rectoral que esté al frente de la UdL lo tendrá que afrontar en base a una política y una planificación para los próximos años con la que esté de acuerdo toda la universidad”, indicó.

Asimismo, Giné remarcó que en la actualidad reponen el 100% de los profesores que se jubilan, mientras que en años anteriores no podían hacerlo, de modo que ahora hay un desajuste. “Aunque los repongamos todos, no compensa porque durante muchos años la tasa de reposición ha sido muy inferior y ahora lo tenemos que paliar”, subrayó, en referencia a que hace una década la tasa de reposición fue limitada y las universidades catalanas no pudieron contratar al mismo número de docentes que se jubilaban.

Recambio para primeras espadas de la investigación

El vicerrector de Profesorado alertó de que no solo se enfrentan a la necesidad de rejuvenecer la plantilla de profesores dedicados a la docencia sino que otro reto es la reposición de los investigadores.“Entre los profesores que se jubilarán en los proximos años hay primeras espadas de la investigación, líderes de grupos”, explicó, y recalcó la necesidad de “asegurar la continuidad de esos grupos”.

“Estamos intentando conjugar diferentes políticas, que tengan en cuenta todos los factores”, señaló. De este modo, el envejecimiento del colectivo de profesores universitarios y de investigadores se suma al de médicos, que también comienza a necesitar un relevo generacional. Tal como avanzó ese diario, en Lleida unos 400 facultativos, un 20% de los 2.040 que hay en activo en los CAP y hospitales tienen más de 60 años y se jubilarán a lo largo del próximo lustro.

Según cifras del ICS, en el llano de Lleida hay 24 profesionales que deberían finalizar su vida activa en 2023 o 2024 y otros 5 en el Pirineo. Otros 4 en el Pirineo y 11 en el llano que lo harán en el siguiente. No obstante, este colectivo se podría acoger al programa piloto que permitirá compaginar el cobro del 75% de la jubilación con el trabajo a media jornada para afrontar la falta de médicos de familia y pediatras.