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JUSTICIA SUCESOS

Queda libre un pederasta de Lleida que ha cumplido condena pero no está rehabilitado

Condenado por abusar de niños en 2003 en Cappont y en el Raval de Barcelona || La cárcel advierte que puede reincidir y la policía está avisada para que le controle

R.S.M., durante el juicio en la Audiencia de Lleida en marzo del 2005.

R.S.M., durante el juicio en la Audiencia de Lleida en marzo del 2005.SEGRE

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Un leridano condenado por pederastia y tentativa de homicidio salió el pasado 5 de enero de la cárcel tras cumplir las respectivas penas a pesar de que servicios penitenciarios han alertado de “un elevado riesgo de reincidencia delictiva violenta”. Esto ha provocado que los Mossos d’Esquadra hayan alertado a sus agentes y a otros cuerpos policiales para que se le haga un seguimiento. Incluso se ha difundido una fotografía para que puedan reconocerlo.

El excarcelado es R.M.J., que en marzo de 2005 aceptó una condena de seis años y medio de cárcel y cinco años sin poder residir en Lleida tras admitir en el juicio que abusó de los dos niños, de 11 y 14 años, tras conocerles en los Camps Elisis en junio de 2003 y les obligó a que le hicieran felaciones. Tras los abusos arrojaba a los niños al canal de Seròs. El pederasta cometió los abusos aprovechando un permiso penitenciario (cumplía condena por el caso del Raval de Barcelona).

En el juicio, los familiares de las víctimas comenzaron a insultar al acusado. La madre de una de ellas incluso subió al estrado y agredió al abusador propinándole un puñetazo que le dio ligeramente en el brazo. También fue condenado por una tentativa de homicidio, por haber intentado matar a un compañero de módulo en prisión, atacándolo con una hoja de afeitar, según informó El Caso.

Es decir, R.M.J., que ahora tiene unos 45 años, se ha pasado cerca de dos décadas privado de libertad. El juicio que hubo en la Audiencia de Lleida en marzo de 2005, estuvo rodeado de varias incidencias. Además de la agresión, el acusado, que se puso una braga y una capucha para cubrirse el rostro cuando entraron los reporteros gráficos a la sala, se resistió a quitarse estas prendas a pesar de que se lo ordenó el presidente de la sala.

Se encaró con el juez y le dijo: “Ya tengo bastantes problemas en la cárcel y no quiero que peligre mi integridad física”. Además, llegó a recriminarle al presidente de la sala que le alzara la voz “porque yo no se la levanto a usted”. Ahora está libre y los expertos dicen que no está rehabilitado.

Este periódico intentó ayer recabar sin éxito el posicionamiento del departamento de Justicia al respecto.

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