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Basura que llega del váter

La depuradora de Lleida recogió el año pasado una media de 627 kilos al día de residuos no degradables que obturan las alcantarillas y dificultan la depuración del agua || Los más habituales son toallitas higiénicas, bastoncillos para las orejas, preservativos, colillas y tampones

Contenedor de la depuradora de Lleida siendo llenado de desechos que dificultan la depuración del agua al no ser biodegradables.

Contenedor de la depuradora de Lleida siendo llenado de desechos que dificultan la depuración del agua al no ser biodegradables.GERARD HOYAS

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Cientos de toneladas de desechos no biodegradables llegan cada año a la depuradora de Lleida. Los residuos de este tipo más comunes son toallitas higiénicas y bastoncillos para las orejas, aunque también se recogen colillas, tampones, preservativos, diferentes plásticos y mascarillas. El año pasado recibió 229.000 kilos de esta basura que, al no ser biodegradable, genera un gran problema en el proceso de depuración del agua y causa averías en la maquinaria, además de grandes costes.

Los datos de 2022 constatan que la depuradora recogió una media diaria de 627 kilos de estos residuos. Aunque el volumen de basura no biodegradable que se tira por el retrete es tres toneladas superior a la de 2021 (226 toneladas), en los últimos años se observa una tendencia a la baja. El pico de los últimos ocho años fue en 2018, con 289 toneladas de esta basura.

Después bajó, pero en 2020 se vivió un repunte (257 toneladas) debido al inicio de la pandemia. En su período más álgido se recogió una cantidad “escandalosa” de guantes y mascarillas, según indica Joan Casanovas, director de Aigües de Lleida. Explica que “el coronavirus hizo variar todas las tendencias, pero en los últimos años se observa una estabilización de las cantidades que nos llegan”.

Añade que uno de los peores fue 2013, cuando “se llegaron a acumular 308 toneladas de basura que supusieron un sobrecoste de 75.000 euros”.Casanovas atribuye las causas de tales actos al “desconocimiento” de parte de la población que no sabe que dichos residuos deben tirarse al contenedor de rechazo, el gris. También apunta que podría ser un problema de “costumbre”, sobre todo en el caso de las toallitas, que funcionan como sustitutivas del papel higiénico –que sí se puede tirar por el váter ya que se descompone en contacto con el agua– y muchas personas las tiran igualmente por el retrete. “Al mezclarse con agua, forman una masa sólida que se engancha con otros residuos y puede obturar las alcantarillas”, comenta en referencia a las toallitas.“Siempre que detectamos un mal uso de la red de saneamiento avisamos al usuario de que su acción puede ser sancionable.

En casi todos los casos, la gente lo entiende y corrige sus prácticas sin necesitar multas”, asegura Casanovas. “Por tanto, soy más partidario de impulsar campañas de sensibilización que de aplicar un régimen sancionador. Los datos muestran que las campañas que se promueven desde Catalunya y el Estado están haciendo efecto, pero necesitamos dejar pasar el tiempo para comprobar que el descenso de basura no degradable de los dos últimos años no es puntual”, concluye

En el período más álgido de la pandemia se recogió una gran cantidad de guantes de un solo uso y mascarillas

Dos décadas de visitas escolares para concienciar a los niños

La depuradora de Lleida lleva más de veinte años organizando visitas guiadas a sus instalaciones para grupos escolares.

Joan Casanovas considera que son cruciales para informar y sensibilizar a los más pequeños de los peligros para la salud pública que comporta usar el váter como una papelera. “Una imagen vale más que mil palabras”, asegura el director de Aigües de Lleida, que gestiona la red de aguas de la ciudad. “Cuando vienen, los niños pueden ver cómo el papel higiénico se descompone con el agua gracias a su celulosa.

También mostramos los residuos no biodegradables que quedan obstruidos en los filtros de la depuradora, y sus caras lo dicen todo”, asegura.

Contenedor de la depuradora de Lleida siendo llenado de desechos que dificultan la depuración del agua al no ser biodegradables.

Contenedor de la depuradora de Lleida siendo llenado de desechos que dificultan la depuración del agua al no ser biodegradables.GERARD HOYAS

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