La zona de bajas emisiones, sin fecha para Lleida ciudad

El 1 de enero era la fecha clave para la puesta en marcha de las llamadas zonas de bajas emisiones en las 149 localidades de todo el Estado de más de 50.000 habitantes. Se trata de restringir el uso de vehículos más contaminantes en el corazón de las ciudades. Sin embargo, salvo excepciones, su aplicación es prácticamente nula por diferentes problemas.

El teniente de alcalde de la Paeria, Toni Postius, destaca que es necesaria la redacción de un proyecto, para la que la Generalitat sacó ayudas a última hora el año pasado; tener una ordenanza aprobada, que en el caso de Lleida está pendiente; y contar con las obras y mejoras necesarias, como las peatonales o de pacificación de calles, para las que el ayuntamiento cuenta con fondos europeos.

Postius apuesta por un proceso participativo con diferentes sectores implicados, comerciantes y vecinos a la hora de poner en marcha la zona de bajas emisiones y remarca que se han de tener en cuenta las especificidades de cada ciudad.

En el caso de la capital del Segrià, atrae a diario miles de vehículos de pueblos más o menos cercanos con ciudadanos que se desplazan para estudiar, trabajar, ir a servicios sanitarios o hacer trámites con la administración.

Pero también es polo de atracción de la Franja de Ponent. Al mismo tiempo, reclama que bien desde la Generalitat o desde la Federación de Municipios se articule un reglamento marco. Si cada una de las ciudades marca sus normas, salir a la carretera se convertiría en un galimatías para conductores y transportistas si se trasladan a Tarragona, Barcelona o Zaragoza con normas diferentes.

Postius reclama seguridad jurídica, recordando que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya tumbó en buena medida la normativa de Barcelona, y una moratoria para la puesta en marcha que podría ser de cinco años. Todo ello, teniendo en cuenta las dificultades económicas para muchos ciudadanos para poder comprar coches más “verdes”.

Obras en marcha y parquímetros adaptados

La Paeria destaca que la puesta en marcha de zonas de bajas emisiones requiere, entre otras cosas, de obras en la ciudad, entre las que figuran las de la reforma de Rambla d’Aragó y Prat de la Riba ya en marcha y otras previstas en los próximos meses.

Pero también la sustitución de vehículos públicos a gasóil por otros eléctricos. La Paeria ya ha concretado compras, pero el primer teniente de alcalde, Toni Postius, recuerda los cuellos de botella en el sector automovilístico no pueden garantizar plazos de entrega.

El ayuntamiento también apuesta por un sistema de geolocalización de buses por móvil, para que los ciudadanos puedan saber con su teléfono cuánto tardará en llegar a la parada. Se trata de reforzar el sistema del transporte público, una red a potenciar también desde el sistema de cercanías ferroviarias.

Otro punto clave son los nuevos parquímetros inteligentes en la ciudad de Lleida, financiados con fondos europeos, y que en un futuro permitirán el cobro en función de las emisiones del vehículo. Ya ha instalado los primeros de un total de 186 hasta el mes de marzo.