Alumnos del Episcopal viajan a Gambia para formar a niños y adolescentes

Hace ya una semana que ocho alumnos del ciclo superior de Integración del colegio Episcopal partieron hacia Gambia junto con dos profesoras para llevar a la práctica un proyecto de voluntariado con el que pretenden tanto colaborar en la formación de niños y adolescentes como ayudar a la población de este país africano donando fármacos y productos sanitarios. Una iniciativa que surgió de la mano de la profesora Anna Casquero, que detalla que “hace 12 años que viajo a Gambia para colaborar con la ONG Kuwonku como voluntaria; por culpa de la pandemia de la Covid-19 llevaba dos sin poder ir y desde la ONG me plantearon si era posible traer a estudiantes, y así lo hemos hecho”. Estos ocho alumnos son Claudia Pallaruelo; Ester Castells; Adrià Gan; Idoia Bosch; Iris Cubero; Hugo Bolado; Mariona Tarragó y Laura Vila y se presentaron como voluntarios para este viaje.

“Lo único que se les ha pedido es redactar un escrito de motivación, mientras que con sus padres hubo una reunión informativa, tanto sobre el proyecto como sobre las características del viaje”, dijo Casquero, que junto con la también docente Alba Palou han ido con ellos a Gambia y estarán allí hasta el próximo martes. Este viaje ha comportado muchos meses de trabajo previo. Los propios alumnos aseguraron que una vez tenían decidido ir a Gambia se pusieron a diseñar las actividades educativas que harían con los alumnos de la aldea de Kuwonku, también han aprendido nociones básicas de la lengua regional, que es el mandinka, y a lo largo del curso han hecho campañas solidarias que les han permitido recoger un total de 275 kilos de medicamentos y de otros productos sanitarios para llevarlos a Gambia.

“Tenemos claro que es una experiencia única y que nos cambiará la visión que tenemos del mundo en muchos aspectos”, admitieron los propios alumnos. Apuntaron que “mirando el mapa, Gambia está muy lejos pero sabemos que es una oportunidad que no podemos desaprovechar para conocer nuevas culturas y países, y si encima podemos ayudarles, pues mejor”. ¿Y cuál es la única pega que ven en este viaje? Que no pueden llevar el móvil.

“La verdad es que es duro, pero estoy segura que cuando estemos allí unos días ya ni nos acordaremos de él, así lo espero”, dijo una de las voluntarias. Casquero reconoció que “las principales dudas y temores nos han llegado por parte de los padres, sobre todo a nivel sanitario, pero al final todo ha ido sobre ruedas y los alumnos vivirán una experiencia que es para toda la vida”.