Ros pone fin a su carrera política al dejar de ser embajador en Andorra

Àngel Ros puso ayer fin a su carrera política, en la que destacan sus 14 años como alcalde de Lleida, después de que el Consejo de Ministros lo relevara como embajador de España en Andorra. Así lo aseguró ayer el propio Ros tras oficializarse que su sucesor será el gerundense Carlos Pérez-Desoy. “Hoy doy por acabada mi etapa profesional; de hecho, cuando en verano cumplí los setenta años ya comuniqué mi intención de jubilarme y calculo que podré hacerlo de forma definitiva dentro de un mes, que será cuando mi sucesor se instale en el Principat”.

Ros ostentaba el cargo de embajador desde agosto de 2018, cuando dejó la alcaldía que ocupaba desde enero de 2004 tras sustituir a Antoni Siurana, que entonces pasó a ser conseller de Agricultura en el Govern de Pasqual Maragall después de 22 años en la Paeria. Su etapa como alcalde es la más recordada, ya que pasó de ser un político casi desconocido a una de las figuras claves del pasado reciente del PSC. En 2007 ganó las elecciones con mayoría absoluta y repitió resultado en 2011, alcanzando un hito que no había logrado ni Siurana: lograrla dos veces seguidas.

Ros recuerda que “esa fue una etapa muy frenética y de grandes transformaciones a nivel de equipamientos y de infraestructuras”. Entre estas, destacan el teatro de la Llotja, el cubrimiento de las vías, el puente Príncep de Viana o el parque científico de Gardeny. A partir de 2015 empezó a sufrir desgaste por la crisis abierta con Marta Camps y el auge del independentismo, hasta el punto de que llegó a ser abroncado en varios actos.

Preguntado sobre si ahora habría actuado de forma diferente en su etapa como alcalde, su respuesta es que “seguramente sí, pero eso no quiere decir que renuncie o no esté orgulloso de lo que hice”.También fue diputado del Parlament entre julio de 2012 y 2014 y presidente del PSC.