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Una clase de alumnos de Bachillerato del instituto Guindàvols.

Una clase de alumnos de Bachillerato del instituto Guindàvols.GERARD HOYAS

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AAbierto, flexible, competencial, orientador y facilitador. Estas son las características que Educación atribuye al nuevo currículum de Bachillerato que ha implantado este curso en primero y que completará el próximo en segundo. En el dossier que envió a todos los centros, indica que abierto obedece a que “incluye otros estudios que no se cursan específicamente en el Bachillerato ni en el centro”; flexible a que “permite establecer itinerarios formativos personalizados más allá de las modalidades definidas por la ley” y tiene “una importante carga de opcionalidad”; competencial a que “promueve aprendizajes en situaciones reales”; orientador porque “permite que el alumnado pueda cursar una variedad de ámbitos formativos “; y facilitador porque “pretende proporcionar una sólida cultura integral y aportar gusto por el conocimiento, el trabajo y el aprendizaje”.

Esto se traduce en una reducción del número de horas de materias propias de cada modalidad de Bachillerato, como matemáticas o literatura, y un incremento de las optativas, que son variopintas. “Nos han dicho que la intención es que sea más abierto, que no haya tantos abandonos y que todos puedan encontrar su camino”, explica el director de un instituto. Cree que este enfoque “es un error, porque el Bachillerato debe preparar para la universidad, si recortamos horas de matemáticas o literatura y hay menos materias con menos horas cada una, esto no ayuda a la organización, está mal enfocado”.

Su homóloga de un centro concertado subraya que “para que la gente tenga competencias debe tener conocimientos”. “Es necesario que el alumno que va al laboratorio conozca los aparatos que hay, y que el de literatura sepa escribir sin faltas de ortografía”, incide, y remarca la importancia de la comprensión lectora. “Incluso para copiar y pegar párrafos de internet hay que saber si el texto resultante tiene sentido”, advierte.

“Muchos profesores opinan que lo que se hace es bajar el nivel”, señala. La directora de otro instituto subraya la “premura” con la que han tenido que adaptar estos estudios al nuevo currículum, sin una formación previa de los docentes. Asimismo, ve “poco correcta la filosofía de que los alumnos descubran su itinerario a través de la optatividad” y cree que con menos horas de asignaturas de modalidad y más optativas se produce “más dispersión”.

En cambio, la directora de otra concertada defiende el nuevo sistema y apunta que en su centro lo aplican desde el curso pasado. “Vemos positivo el nuevo currículum de Bachillerato, que desarrolla habilidades competenciales y otros tipos e inteligencia en nuestros alumnos”, argumenta. Otra directora de la concertada también lo elogia.

“Cada alumno puede marcar su recorrido académico. La nueva orientación competencial es un reto para el profesorado, pero también una manera de encarar mejor el aprendizaje”, indica.El director de otro instituto ve bien que “las clases no sean tan memorísticas y teóricas”, pero critica que “el alumnado tenga muchas materias de pocas horas, con poca carga lectiva, y así no se puede profundizar en las competencias que han de adquirir”. El jefe de estudios de otro centro cree que este sistema “hace un flaco favor a los alumnos” y comportará que lleguen a segundo de Bachillerato “con carencias”.

En otro instituto han optado por complementar la reducción de horas de materias de modalidad con optativas “más prácticas y experimentales que estén relacionadas.” Por ejemplo, tecnología con robótica. Otra directora cree que es “una buena opción” al posibilitar un itinerario personalizado, pero destaca la complejidad organizativa que supone su concreción.

Preocupación por su encaje con la selectividad

Directores de centros expresaron su preocupación por cómo se alineará el nuevo Bachillerato con la selectividad, que también se reformará para darle un sentido más competencial.

“Tenemos dudas. Las directrices no están claras”, señala un director de instituto. Otra apunta que “podemos estar de acuerdo con el nuevo enfoque del Bachillerato y bien implementado puede ser muy positivo.

Otra cosa es que esté alineado con los requisitos de acceso a la universidad”. Una directora de la concertada alerta de que los cambios en la selectividad determinarán “la preeminencia de unas pocas materias”.

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