Comerciantes de Prat de la Riba, Pi i Margall y Paer Casanovas, en Lleida, denuncian lentitud, caos viario y pérdida de ventas por las obras

Las obras de reforma de Prat de la Riba, en Lleida, que empezaron antes de Navidad, generan una movilidad caótica, restan clientes, dificultan la carga y descarga, su ejecución es lenta y falta información sobre las mismas. Estas son las principales quejas de comerciantes del tramo afectado por la primera fase –entre Alcalde Porqueres y Príncep de Viana- y de calles adyacentes. Ayer al mediodía, una decena expresaron su protesta ante las vallas en las que han colgado lazos negros.

“Nos afectan muchísimo”, indicó Santiago Punsoda, de Castelló Bàscules, que destacó que los transportistas tienen muchos problemas para entregar y recoger paquetes y algunos les han comentado que “igual tendremos que ir a nosotros a buscarlos o dejarlos en su sede”. Sobre la reforma, señaló que “se nos ha dicho que habrá acera más ancha, carril bici, carril bus y un carril para vehículos y no se ha hablado de aparcamiento ni de carga y descarga, ni hay ninguna solución para esto, se ha actuado de forma autoritaria, sin aportar soluciones”. “Mis ventas han caído un 50%” dijo Amador Fernández, de Benavall Fruits. “Los clientes no pueden aparcar, la carga y descarga es un caos y nadie nos explica nada”, añadió.

“Las políticas de movilidad de Barcelona no pueden aplicarse en Lleida”, opinó Jordi Capdevila, de Cal Sargaire, que al igual que la responsable de una copistería y un enmarcador subrayaron que muchos clientes vienen de pueblos cercanos.

El gobierno de la Paeria lamentó las molestias, recordó que los plazos están fijados por la UE y aseguró que las obras van al ritmo previsto. Añadió que en este tramo solo había 10 plazas de aparcamiento de zona azul, que pasarán a ser carril-bici, que la carga y descarga “se resolverá caso por caso” y que los técnicos informaron a los comerciantes de las afectaciones.