SEGURIDAD REHABILITACIÓN
¿Un monstruo anda suelto?
La mayoría de víctimas del violador no rehabilitado Daniel Padial eran menores || A los 14 años ya fue condenado por agresión sexual y suma 17 antecedentes
Daniel Padial, el violador que salió de la cárcel de Lleida el pasado 23 de enero a pesar de que el centro penitenciario ha alertado de que no está rehabilitado, cometió su primera agresión sexual cuando solo tenía 14 años. Desde entonces su vida ha sido un constante entrar y salir de prisión por delitos sexuales, según ha podido saber este diario de fuentes cercanas a la investigación. No se le conoce como un pederasta, pero casi todas las violaciones de este individuo desde aquella inicial cuando tenía 14 años han sido cometidas contra adolescentes menores de edad.
Tras la primera agresión se escapó del centro de menores en el que había sido internado, y a partir de esa fuga su actitud ha sido siempre la misma. Cuando ha salido de los centros cerrados o de las prisiones en las que ha cumplido condena ha tardado muy poco, a veces tan solo un mes, en volver a atacar. Normalmente ha agredido a las víctimas abordándolas cuando abren la puerta del portal de sus casas, y ya no pueden zafarse de él dada su envergadura física, con una altura de más de un metro ochenta y una complexión fuerte.
Incluso dentro de la cárcel ha cometido delitos sexuales, ya que obligó a un compañero de celda a hacerle una felación y fue trasladado a otro centro penitenciario a raíz de esta agresión, siempre según los datos a los que ha tenido acceso este diario a partir de fuentes cercanas a la investigación. El problema no es que Padial esté en la calle a raíz de la aplicación de la llamada ‘ley del solo sí es sí’. Sin ella, habría salido el próximo verano.
El problema es que, según los técnicos de la cárcel de Lleida que le han tratado (psicólogos, educadores, etcétera), no está rehabilitado y muy probablemente no lo estará, ya que este tipo de depredadores sexuales normalmente no pueden controlar sus instintos. Así lo han explicado psiquiatras consultados por este diario, que afirman que lo único que puede hacer la sociedad, cuando estos individuos cumplen condena, es tomar medidas civiles para controlarlos. Para ello, según los juristas, habría que legislar.
Mientras, Padial, al igual que otro violador que salió poco antes de la cárcel de Lleida también sin rehabilitar, está en la calle y lo único que se puede hacer es ejercer un control discreto. Esto es lo que se ha puesto en marcha a raíz de que la cárcel avisara a la Fiscalía y esta, a los Mossos. Entretanto, han saltado todas las alarmas en Lleida y las víctimas tienen miedo.
La ‘ley del solo sí es sí’ contiene una serie de medidas que no existían antes de esta norma y que ayudarán a acompañarlas en este infierno, contando siempre con la colaboración de los Mossos y el resto de fuerzas policiales, que intentarán controlarle de manera no invasiva dentro de los límites que les permite la ley cuando un delincuente ha cumplido su condena.