La instalación de alarmas en comunidades de vecinos se dispara por temor a okupas y robos

La instalación de sistemas de alarma o videovigilancia en las comunidades de vecinos está aumentando de forma sustancial y una prueba de ello es que el número de contrataciones de estos servicios en Lleida el año pasado se dobló respecto al 2021. Así lo indica el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Lleida, Jaume Facerias, que declara que “la instalación por parte de las comunidades no solo de alarmas, sino de cualquier sistema que disuada a okupas o delincuentes, no ha hecho más que subir en el último lustro y podemos decir sin temor a equivocarnos que en 2022 se dobló el número de contrataciones”. Atribuye este hecho tanto al temor de que una vivienda pueda ser okupada como a la prevención de posibles robos.

“Ahora, en las comunidades se instalan todo tipo de sistemas de vigilancia, ya sean las típicas alarmas como los sensores de movimiento o cámaras de vigilancia; la gente quiere sentirse segura en sus hogares y estos dispositivos van muy bien como elemento disuasorio”, señala Facerias. Una opinión que comparte el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) de Lleida, Toni Baró, que considera que “la instalación de alarmas en comunidades de vecinos ha aumentado tanto por las campañas mediáticas de las empresas de seguridad como por la evidencia de que han aumentado los hurtos. tanto en domicilios como negocios, así como las okupaciones ilegales, está claro que hay preocupación entre los vecinos”.

En este sentido, Baró dijo que “una de las principales recomendaciones que nos hacen tanto los Mossos d’Esquadra como la Guardia Urbana a las asociaciones de vecinos es que promovamos la instalación de alarmas como elemento disuasorio, y una cosa es que te lo diga la compañía de alarmas de turno y otra es que te lo recomienden los cuerpos y fuerzas de seguridad de Lleida”.Por otro lado, Facerias añadió que también han constatado un aumento de la instalación de alarmas en viviendas vacías, sean viejas o nuevas, de grandes propietarios, como bancos o fondos de inversión. “Hay dueños que solo ponen la alarma cuando tienen la vivienda vacía y el motivo está claro: temor a okupaciones”, afirma Facerias, que añade que “además de disuadir a los okupas, también sirven de apoyo legal en caso de que finalmente puedan entrar”.Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 el 9% de los hogares del Estado tenían un sistema de alarma. Ahora, tres años después, la cifra se ha doblado.

“En l’Horta preocupan los hurtos y, en la ciudad, las okupaciones” El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Toni Baró, aseguró que, si bien la instalación de sistemas de alarma y vigilancia en viviendas se ha disparado en toda Lleida, los motivos varían mucho en función de la zona. “Hemos podido constatar que las alarmas que se ponen en l’Horta son por temor a que les entren a robar, algo que sucede mucho, mientras que en el centro de la ciudad el principal motivo por el que se instalan son las okupaciones”, dijo Baró, que añadió que “nosotros preferimos que haya más policías a más alarmas”.