EQUIPAMIENTOS POLÉMICA
La Paeria cedió un recinto público a un gimnasio al que cerró por ruido
Su dueño pidió usar el Frederic Godàs para sus clases privadas || El consistorio rectificó tras las quejas de los padres y comprobar que cobraba por estas sesiones
El ayuntamiento permitió durante varios días que un gimnasio que ha tenido que suspender temporalmente su actividad por exceso de ruido tras un informe de la Guardia Urbana utilizara un espacio municipal, el patio del colegio Frederic Godás, decisión que ahora ha rectificado tras las quejas de algunos padres. Se trata del Crossfit Cappont, situado en la calle Riu Besòs, justo delante del centro educativo, que usó este recinto después de que se lo solicitara tanto al ayuntamiento como a al escuela. Fuentes del centro aseguraron que “el propietario del gimnasio nos dijo que estaba haciendo obras en el local y si sería posible poder utilizar parte del patio para hacer clase durante las tardes”.
Unas obras que el gimnasio debía hacer para mejorar el aislamiento acústico del local a instancias de la Paeria, que se lo ordenó después de comprobar que el ruido en pisos superiores superaba el máximo legal permitido. Cabe señalar que en su momento los propietarios manifestaron que el cierre fue por un error administrativo y que habían alegado. La respuesta del centro a esta petición fue, según la información facilitada por las mismas fuentes, “que pidiera permiso al ayuntamiento, ya que es la administración competente para ello, y que por parte del colegio mientras no generara problemas de ruido, hiciera las actividades fuera del horario escolar y no entraran en los edificios no habría problema”. Días después, la Paeria recibió la petición y la acabó aceptando. No obstante, varias familias de alumnos del colegio mostraron su disconformidad con que una empresa privada llevara a cabo una actividad de pago en un espacio público, por lo que se quejaron al ayuntamiento. Al respecto, fuentes municipales señalaron ayer a este diario que “después de las quejas de las familias se comprobó que el gimnasio que organiza las actividades no es ninguna entidad social ni sin ánimo de lucro, sino que es una sociedad limitada unipersonal (SLU), por lo que era una empresa privada que hacía una actividad privada y por la que cobraba a los que la hacían en un terreno municipal. Una vez se corroboró esta información con el colegio se notificó a la dirección y a la empresa la revocación del permiso”.