VOLUNTARIADO SOCIAL
Más de cuarenta jóvenes voluntarios de toda Catalunya rehabilitan 5 pisos en la Mariola
Tienen entre 15 y 18 años y participan en la octava edición de La Murga, un proyecto de dos grupos de escoltas leridanos || Han acordado con los vecinos todos los cambios que han hecho en sus casas
Los vecinos de cinco pisos de la Mariola han visto cómo sus casas cambian totalmente de aspecto al ser reformadas por hasta 44 voluntarios de distintos grupos de escoltas de Lleida, Barcelona y Girona. Los jóvenes, de entre 15 y 18 años, han participado desde el sábado hasta hoy en la octava edición de La Murga, un proyecto de voluntariado gestionado por dos asociaciones sociales leridanas: Alosa y Lo Manaix. Durante cinco días, los jóvenes han pintado las casas de los vecinos y han cambiado las puertas o muebles rotos.
Por una parte, el proyecto pretende mejorar las condiciones de vida de los colectivos en riesgo de exclusión social. Todos los beneficiarios son usuarios de los servicios sociales de la Mariola. Por otro lado, quiere fomentar una actitud crítica a los jóvenes y “que conozcan realidades ajenas a su día a día”.
Así lo explica uno de los coordinadores, Miquel Muniesa. Añade que “la mejor manera de trabajar el derecho a una vivienda digna es entrar en los barrios y ver en primera persona los problemas de hoy en día”.Acompañados y tutorizados por siete monitores, los voluntarios de Barcelona y Girona llegaron a Lleida el sábado. Se reunieron con los escoltas leridanos y se dividieron en grupos de seis o siete jóvenes para cada piso.
Otros se encargaron de pintar la escalera de uno de los bloques. Los monitores les descubrieron el barrio, hicieron un taller de pintura y mediaron entre ellos y los usuarios, con los que habían acordado previamente todos los cambios que harían en sus casas. Los vecinos beneficiarios fueron elegidos a partir de una selección de los servicios sociales.
“Queremos fomentar su empoderamiento y autonomía, además de empatizar y conocer sus historias de vida”, indica Muniesa. Las intervenciones empezaron el domingo y finalizan hoy. Los jóvenes se han quedado a dormir en un espacio habilitado en la escuela Santa Maria de Gardeny.
El programa llevaba tres años parado por el impacto de la Covid. Este año se ha podido retomar, pero ha sido por primera vez sin el apoyo de Escoltes Catalans, entidad que capitaneaba el proyecto antes de que el equipo de La Murga en Barcelona se disolviera a raíz de la pandemia. “Decidieron no seguir adelante con el proyecto, pero desde Lleida queríamos continuarlo”, asegura una de las responsables, Maria Solanilla.
De esta forma, hicieron una propuesta abierta a todos los grupos que quisieran participar. Los que accedieron fueron los escoltas de Montgrí (Girona), Jaume Vicens Vives (Molins de Rei) y Jaume I (Barcelona), además de los leridanos de Lo Manaix. Cada joven pagó 70 euros para financiarse la comida y el material.