SUCESOS INVESTIGACIÓN
El asesinato a navajazos de un taxista en Lleida, sin resolver un año después
También sigue abierto el caso por el crimen de un empresario en La Baronia de Rialb
Los Mossos d'Esquadra siguen investigando dos crímenes sin resolver que se cometieron el año pasado en las comarcas de Lleida. Uno es el del empresario que murió de un disparo el 25 de enero del año pasado en La Baronia de Rialb y el otro es el de un taxista brutalmente agredido en el barrio de La Bordeta y del que el próximo lunes se cumplirá un año.
El próximo lunes se cumplirá un año del asesinato de Mohamed Ezzeraiga, un taxista de Lleida de 43 años que fue brutalmente agredido por un cliente en La Bordeta. Doce meses después, el caso sigue abierto y todavía no se ha detenido al asesino pese a los avances en la investigación de los Mossos d’Esquadra.
Ezzeraiga murió tras recibir más de veinte puñaladas en diferentes partes del cuerpo, lo que demuestra que el asesino se ensañó con su víctima. El crimen se produjo en la calle Sifó de La Bordeta. Ocurrió sobre las 2.30 horas del 10 de abril cuando un ciudadano llamó al 112 para alertar de que había un hombre malherido e inconsciente entre dos coches estacionados a unos 50 metros de un taxi con la puerta abierta, el motor en marcha y el taxímetro puesto.
Vecino de Lleida desde hacía más de 20 años, el taxista cargó a un cliente cuando se encontraba en la parada de la avenida Blondel, sin llamada previa por emisora, lo que impidió el rastreo telefónico. Tampoco hubo testigos. La víctima no era propietaria del taxi, llevaba algo más de un año en esta profesión y cubría el turno de noche trabajando para el dueño de la licencia, de Tele Ràdio Taxi Lleida. La principal hipótesis del crimen fue un atraco pero el ensañamiento y el hallazgo de dinero en el taxi propiciaron que se contemplaran otras vías. Tras el suceso, se convocaron movilizaciones del colectivo de taxis para pedir más seguridad y de la familia de la víctima para hallar al culpable. El año pasado se registró otro crimen que todavía por resolver.
El 25 de enero fue hallado muerto un vecino de Oliana que apareció con un disparo en el pecho en una zona boscosa de Gualter, en La Baronia de Rialb. La víctima era Joan Coromina Estany, de 61 años. Todo indica que fue obra de un francotirador y el móvil apuntaba a motivos económicos. En este sentido, los investigadores han analizado los negocios de la víctima, que disponía de múltiples propiedades y fincas en esta zona y también en el Alt Urgell, el Solsonès, Barcelona y Cervera, donde residía. También tenía vínculos con Andorra.
Los dos últimos crímenes registrados en Ponent han sido feminicidios
Los dos últimos crímenes que se han registrado en las comarcas de Lleida han sido feminicidios. En diciembre se tuvo lugar el primer crimen machista en Ponent desde marzo de 2015. Una mujer de 34 años fue asesinada por su pareja, con la que tenía cinco hijos en común, en Balàfia. El presunto autor había denunciado cinco días antes su desaparición. Los Mossos hallaron a la mujer sin vida en el trastero. Estaba envuelta en plásticos. Murió de una puñalada.
Apenas unas semanas después, el 19 de enero de este año, arrestaron en Balaguer a un hombre de 44 años acusado de matar a su pareja. El hombre había alertado un día antes de que su pareja se había suicidado clavándose el cuchillo. Sin embargo, la autopsia reveló que las heridas que presentaba la víctima eran incompatibles con una autolesión.Lleida cerró 2022 como uno de los años con más homicidios registrados en las últimas décadas. Fueron siete crímenes a los que hay que añadir otros dos cometidos en 2021 pero que los Mossos descubrieron y resolvieron. Además de los casos del taxista, el empresario de La Baronia y el feminicidio, un bebé de tres meses falleció en marzo en Artesa de Segre por un traumatismo craneal. Sus padres fueron encarcelados.
En junio, una joven fue imputada por homicidio tras dar a luz en un piso de La Bordeta a una bebé que su suegra halló sin vida horas después. El 9 de octubre se produjo una pelea en Les Borges que acabó con la muerte de un hombre de 34 años. El autor confeso, de 23 años, se entregó. Y en Mollerussa, el 23 de noviembre, una pelea entre familias acabó con un fallecido, un vecino de Miralcamp de 35 años.