CIENCIA TECNOLOGÍA
La UdL investiga técnicas para poder imprimir en 3D alimentos naturales y personalizados
Prueba tecnologías sin usar química para mejorar las propiedades de ingredientes ricos en almidón, como harina de cereales o legumbres || Las empresas podrán diseñar productos ajustados al consumidor
El grupo de Nuevas Tecnologías de Procesado de Alimentos de la Universitat de Lleida (UdL) está investigando en la planta piloto del parque de Agrobiotech de Gardeny cómo mejorar las propiedades de los ingredientes ricos en almidón, como harinas de origen cereal o de leguminosas, para poder imprimir con ellos alimentos en 3D. “Para poder elaborar productos alimentarios con materias primas que puedan ser imprimidas es necesario modificar sus propiedades y normalmente se hace con métodos químicos, pero eso implica usar sustancias aditivas que se han de declarar en la etiqueta. Nosotros trabajamos con diferentes tecnologías físicas y así en las transformaciones que provocan en los ingredientes no hay cambios químicos, solo una modificación de las propiedades sobre cómo se comportarán los ingredientes una vez los sometemos a una impresión 3D”, explicó Robert Soliva, investigador principal de este proyecto, denominado Advantam4Food.
Detalló que para estas transformaciones utilizan pulsos eléctricos y otra tecnología más innovadora, la extrusión húmeda, que ya se usa actualmente para hacer texturizados de proteínas de origen vegetal alternativos a la carne. “Nosotros plantemos usar esa tecnología para cambiar las propiedades de los almidones para que sean más adaptables a la impresión 3D”, remarcó. El proyecto, financiado por la Agencia Española de Investigación, comenzó en noviembre de 2022 y acabará en 2025.
Una vez finalice, la siguiente fase es transferir el conocimiento a través de convenios con empresas “para desarrollar productos específicos y ajustados a sus necesidades”. “La fabricación aditiva (con impresión 3D) está muy de moda en cocina de vanguardia, pero cuando se pueda implementar a gran escala permitirá aprovechar materias primas hasta ahora no aptas para estos procesos y, sobre todo, personalizar la alimentación, diseñar alimentos ajustados a las necesidades del consumidor”, señaló. Puso como ejemplos productos con consistencia determinada para personas con dificultades para tragar, con una composición nutricional concreta para niños o mayores o para personas con alergias o intolerancias.
Dijo que otra de las ventajas es que “el producto puede ser elaborado muy cerca del consumidor”. “Se podría transformar y procesar en base a la demanda”, subrayó.