Cae una gran red de estafas con mensajes de móvil con detenidos en Lleida
La Guardia Civil ha arrestado un total de 76 personas en todo el Estado || El grupo usaba cuentas corrientes de personas vulnerables para hacer las transferencias
La Guardia Civil ha detenido a 76 personas en diferentes ciudades del Estado, entre las cuales Lleida, Barcelona, Girona y Tarragona, que habrían estafado un millón de euros a ciudadanos de Extremadura, mediante el envío de mensajes de móvil en los que se hacían pasar por una conocida entidad bancaria. El grupo disponía de "mulas económicas", es decir personas vulnerables que captadores convencían para que cedieran sus números de cuenta corriente o abrieran nuevas, a cambio de comisiones. Los estafadores enviaban a las víctimas un mensaje en las que las alertaban de una incidencia en su banco. Les facilitaban un enlace a una web falsa para solucionar el problema y así, conseguían los datos de acceso a la banca digital para hacer las transferencias ilícitas.
En la primera fase de la operación, los agentes detuvieron a un total de 30 personas en las provincias de Barcelona, Lleida, Tarragona, Girona, Zaragoza, Valencia y Madrid. En una segunda y tercera fase, la policía ha arrestado a 46 personas más en Barcelona, Girona y Tarragona. Las investigaciones han permitido obtener información sobre más de 350 cuentas bancarias que se habrían beneficiado del millón de euros transferido ilícitamente.
De toda la información obtenida los investigadores han analizado más de 500.000 registros de direcciones IP utilizadas por los autores de los hechos durante las fechas de comisión de las estafas. En todos los casos, los perjudicados eran clientes del mismo banco sobre los cuales se utilizaba el mismo modus operandi que con el tiempo fue evolucionando y perfeccionándose.
Diferentes técnicas para estafar a las víctimas
Se combinaban técnicas de engaño como el phishing y el smishing, con el cual, a través del envío de e-mails o mensajes fraudulentos con apariencia de una fuente de confianza, los estafadores pretendían obtener las credenciales de acceso de las víctimas. A estas técnicas se unió después otra conocida como vishing, en el que los ciberdelincuentes efectúan una llamada en tiempo real a la víctima y en el que, haciéndose pasar por un trabajador de la entidad bancaria, lo advertían de movimientos sospechosos en su cuenta.
Una vez ganada la confianza, solicitaban a las víctimas las llaves de acceso recibidas en los móviles, que en realidad eran códigos para autorizar transferencias a través de una conocida aplicación de envío de dinero instantáneo. La sofisticación en el proceso del engaño aumentó, ya que en la pantalla del teléfono móvil de la víctima solía aparecer el logotipo de la misma entidad bancaria y sus números reales de teléfonos.
Mulas económicas
Para los investigadores, la mayoría de los detenidos ejercían funciones de "mulas económicas", reclutadas por "captadores", que buscaban personas en situación de vulnerabilidad. A cambio de pequeñas comisiones, obtenían las numeraciones de sus cuentas bancarias o bien conseguían que abrieran cuentas en línea en diferentes entidades. Los captadores ocupaban un peldaño superior a las mulas, y eran personas que habían sido convencidas por los componentes de otro nivel superior y que, como estafa piramidal, obtenían comisiones por cada una de las mulas que reclutaban.