Vecinos con discapacidad alertan del fraude en el uso de sus aparcamientos reservados en Lleida

Miembros de la Asociación de Parapléjicos y Discapacitados Físicos de Lleida (Aspid) alertan del uso fraudulento por parte de “un número preocupante” de personas de las tarjetas y plazas de aparcamiento que tienen reservadas. “En una semana he visto a más de siete personas sin ninguna discapacidad –que no estaban acompañando a nadie con la movilidad reducida– poniendo una tarjeta en su coche y aparcando en la plaza reservada que tengo cerca de mi casa”, denuncia uno de ellos. “La Guardia Urbana solo actúa si recibe una denuncia, y la grúa puede tardar más de una hora en llegar.

En muchas ocasiones, el coche que ocupa fraudulentamente la plaza se marcha antes de que llegue. Me han rayado el coche y roto los cristales como represalia por haber llamado a la grúa”, añade. Valoran que el problema radica en el alto número de tarjetas de aparcamiento que hay por la “permisividad” al conseguirse con solo un certificado médico. Son expedidas por los ayuntamientos y deben renovarse cada diez años. La Paeria tramitó 624 en 2022, 636 en 2021 y 561 en 2020. En total, hay 4.913 en vigor (desde 2003).

El consistorio indica que el año pasado se denunciaron una veintena de infracciones por mal uso, habitualmente por personas acompañantes que las utilizan sin el titular. “Los servicios sociales de Lleida ciudad están bien establecidos, pero no siempre es así en los pueblos pequeños”, afirma otro miembro de Aspid. Además, denuncian que en zonas muy concurridas –como los hospitales, el Eix Comercial o el pabellón Barris Nord cuando hay partidos– muchas personas aparcan en las plazas reservadas sin tener una tarjeta.

Por otra parte, opinan que la accesibilidad en la ciudad “no está del todo mal, pero no entendemos los macroproyectos que se están ejecutando actualmente antes de arreglar las calles, como la de les Corts Catalanes o Comtes d’Urgell, que tienen rampas con las baldosas rotas o con mayor inclinación que la máxima legal”.Asimismo, celebran que “casi todos los buses urbanos tienen doble rampa y la manual no falla, pero en algunas paradas no se puede desplegar y el recorrido de algunas líneas es absurdo porque no llegan a servicios esenciales, como el CAP Onze de Setembre”. Indican que el principal problema lo tienen con los interurbanos. “Las rampas automáticas muchas veces no funcionan porque se utilizan poco y los horarios de los vehículos accesibles siempre están fijados y es casi imposible negociarlos con las empresas, aunque legalmente lo deberíamos poder escoger si avisamos con 24 horas de antelación”, destacan.