La Generalitat empieza la segunda fumigación contra la mosca negra en el río Segre en Lleida
La Paeria ha pedido al Govern adelantar el tratamiento a raíz de las quejas por picaduras en el recinto de las Firetes
Técnicos del Consorcio de Políticas Ambientales de Les Terres de l'Ebre (COPATE) han empezado este miércoles la segunda de las seis fumigaciones previstas este año para combatir la mosca negra en el tramo catalán del río Cinca y en el Segre desde la Confluencia en la Granja d'Escarp hasta las compuertas del parque de la Mitjana en Lleida. Los trabajos se han adelantado dos semanas por la petición de la Paeria de Lleida al Govern, después de que el consistorio haya recibido quejas por picaduras de mosquito y mosca negra en el recinto de las Firetes. Durante esta primera jornada los técnicos actúan con medios terrestres a lo largo de dos kilómetros de río que pasan por dentro de la ciudad, mientras que el jueves se fumigarán los 25 restantes en helicóptero. Montse Masià técnica de COPATE, ha afirmado que en el tramo de río que pasa por la ciudad "es "normal que haya más larvas", pero que, aun así, la cantidad de larvas de mosca negra que han encontrado este miércoles es la "que se espera que haya" para la época del año.
Los trabajos siguen el procedimiento habitual en cada tratamiento. Los técnicos han empezado este miércoles a realizar una primera fumigación con medios terrestres desde las compuertas de Lleida hasta la depuradora, un tramo de unos dos kilómetros. El jueves, en cambio, los trabajos se llevarán a cabo con un helicóptero, que fumigará el tramo de unos 25 kilómetros que va desde la parte catalana del Cinca y el Segre hasta la depuradora de Lleida.
Efecto inmediato
El tratamiento contra la mosca negra consiste en una serie de vertidos en varios puntos del río de un insecticida larvicida biológico muy específico y selectivo para este tipo de insectos con el fin de eliminar la posibilidad que las larvas, depositadas en las algas para que los adultos se desarrollen. En concreto, durante los trabajos se actúa en una treintena de puntos de vertido en el conjunto de los cuales los técnicos distribuyen un millar de litros del insecticida en cada una de las fumigaciones previstas.