ELECCIONES
Sergi Grimau: «Soy un Lleidaloní»
Nº 5 DE JUNTS POR LLEIDA, 48 AÑOS
Nació en Barcelona pero lleva 24 años en Ponent. ¿Es un leridano de adopción?
Soy un Lleidaloní, un pixapí en Lleida y un tío que habla raro en Barcelona. Lleida es mi casa desde 1999 y mi mujer y mi hija son de aquí. Uno al final no es de donde nace, sino donde pace.
Le hemos encestar con el Lleida Básquet, hace discursos motivacionales y dirigiendo los Special Olympics Catalunya. ¿Por qué da el salto a la política?
Lo veo más como el inicio de un nuevo reto. Evidentemente en esta nueva etapa hay un compromiso político incluido, pero aún me cuesta identificarlo o sentirlo, aunque venga implícito.
¿Y por qué en Junts per Catalunya?
Porque está Toni Postius. Es el que me buscó y las ideas de Junts no me desentonan. Pero lo que me ha ayudado a decidirme ha sido Toni, su preparación y proyecto. Lleida se merece un alcalde joven, con ambición y ganas de generar un cambio. Y estoy muy en sintonía con estas características.
Pues tienen trabajo, porque parece que en estas municipales cada concejal se deberá luchar con uñas y dientes.
Está claro que habrá tres grandes partidos y una composición de otros más pequeños que serán claves para llegar a acuerdos. Yo voy a trabajar y ser constructivo, y si la cosa no funciona yo seguiré con mi vida y no pasará nada.
Como deportista y coach, ¿qué podría aportar en un gobierno municipal?
Mi perfil se asocia al deporte pero puede ir más allá, como la promoción de la ciudad o la captación de inversiones. Tengo un perfil polivalente que me permitiría asumir diferentes cargos. Pero el cartapacio será el que decidirá.
En su presentación dijo que quería ser conocido como concejal para así dejar de serlo por ser “el malo de los hermanos Grimau” y campeón del “polvoró-birra-polvoró” del Aplec del Caragol. ¡Tampoco se quite mérito de estos dos logros!
Utilizo esta muletilla para presentarme, pero de ambos hechos estoy orgulloso. Especialmente de ser hermano de Roger, un referente para mí, nuestra familia y Lleida, al fin y al cabo. Y lo del polvorón lo hago para reivindicar una de las cosas que más quiero de Lleida: el Aplec del Caragol es convivencia y estar con tu gente. El lleidatanisme en su máxima expresión.