ENSEÑANZA TECNOLOGIA
UdL e institutos quieren incorporar la IA a la docencia y evitar que alumnos hagan mal uso
Sospechan que algunos estudiantes ya la han utilizado el ChatGPT para redactar trabajos || Proponen usarla como instrumento pedagógico y de apoyo al profesorado, y ya programan formación
La irrupción a finales de 2022 de herramientas para aplicar de manera práctica y sencilla la Inteligencia Artificial (IA), como el ChatGPT, que permite obtener en solo unos segundos la redacción de un texto sobre cualquier temática que se le ordene, está poniendo en jaque a la Universitat de Lleida y a los centros de educación Secundaria. Y es que este instrumento puede, por ejemplo, hacer un resumen de un libro sin la necesidad de que el estudiante se lo lea, solo tecleando en el ChatGPT las indicaciones correspondientes.
Las vicerrectoras de la UdL de Ordenación Académica y Calidad (Paquita Santiveri) y de Estrategia Digital y TIC (Marta Oliva) reconocen que algunos profesores les han comentado sus sospechas de que alumnos han usado la IA en actividades, pero aseguran que no disponen de datos oficiales.
Directores de institutos también aseguran que en algunos casos han sospechado del uso de estos instrumentos y abogan por incorporarlos a las tareas docentes para evitar el mal uso por parte del alumnado. La UdL cree que “es imposible no beneficiarse de estos avances tecnológicos” y actualmente está “analizando y experimentando las posibilidades que este tipo de instrumentos ofrecen para poder ser integradas en la docencia universitaria tanto como herramienta pedagógica de aprendizaje del estudiantado como de apoyo para el profesorado”.
De hecho, la UdL ya ha programado formación sobre esta cuestión (ver claves).
El instituto Josep Lladonosa también ha organizado charlas sobre el ChatGPT para el profesorado, “para conocerlo y poder adaptarlo a nuestra tarea, porque no podemos darle la espalda”.
El del Guindàvols indica que la mayoría de los docentes dicen que “sus alumnos han usado la IA para hacer trabajos e investigaciones, y algunos profesores, para hacer material didáctico”. “Puede ser un instrumento más, pero usada bajo el control del profesorado y abriendo vías de debate. No podemos quedarnos atrás”, apunta.
El instituto Caparrella lo ve “en clave de oportunidad” y considera que “se deberá adaptar la metodología de evaluación”, igual que indicó un docente del Josep Lladonosa (ver desglose).
En este sentido, en el Ciutat de Balaguer hay docentes que ya piden hacer las redacciones en clase, en vez de en casa.
El Gili i Gaya opina que “puede ser muy útil, pero a los jóvenes se les ha de enseñar a usarla de manera correcta” y el Ronda remarca que tendrán que “aprender a convivir con la IA generativa y ver cómo la integramos dentro del aprendizaje y, al mismo tiempo, garantizar que el alumnado no la utilice como instrumento para suplantar su trabajo”.
El Torre Vicens también aboga por evitar su mal uso y “aprovechar” las posibilidades a nivel educativo, igual que indicaron los centros concertados Fedac y Episcopal.
"Potencia el aprendizaje, pero también puede ser devastadora"
Cuando explotó el boom del ChatGPT, los profesores de Bachillerato Internacional del instituto Josep Lladonosa recibieron un correo de este organismo que les animaba a asumir este reto y a promover el mejor uso posible de esta tecnología por parte de los alumnos, según indica Jacint Llauradó, profesor de Filosofía y coordinador de Bachillerato Internacional en ese centro.
“Un buscador de internet o un editor de texto son instrumentos de producto intermedio, pero el Chatgpt te da un producto final y eso cambia las reglas del juego”, señala. Argumenta que hasta el momento “la evaluación se basa en comprobar que el alumnado ha asumido unas competencias a través de unos productos que puede hacer en casa, y ahora eso tendrá que cambiar”, subraya, aunque apunta que “ya existe un detector para saber si los textos han sido producidos usando Inteligencia Artificial”. En este sentido, considera necesario “vigilar mucho a los estudiantes de ESO y a los de Bachillerato, enseñarles a hacer un buen uso”.
En todo caso, resaltó que esta tecnología “también tiene virtudes porque ayuda investigar, guiar y encontrar el hilo, pero se ha de saber utilizar”. “Es un intrumento potenciador del aprendizaje, pero también puede ser devastadora para los que aún se están formando”, incidió.
Señaló que resulta difícil detectar los errores que incluye en sus textos, si no se conoce a fondo la temática en cuestión. Pero pese a todas estas cuestiones, defiende que “no tiene ningún sentido prohibir” esta herramienta.