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EDUCACIÓN RECURSOS

Aulas especiales contra el fracaso escolar

Dos Unidades de Escolarización Compartida en Cappont y Almacelles gestionadas por Prosec acogerán a 39 alumnos vulnerables de ESO|| Con clases y talleres prácticos, un 80% se gradúa

Las manualidades forman parte del currículum.

Las manualidades forman parte del currículum.PROSEC

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La promotora social Prosec gestiona las Unidades de Escolarización Compartida (UEC) de Lleida ciudad y de Almacelles, que acogen a alumnos de ESO derivados por Educación que no ‘encajan’ en el sistema educativo convencional porque se encuentran en una situación de vulnerabilidad que repercute en su rendimiento académico. Requieren de una metodología de aprendizaje diferente, que combina clases de asignaturas instrumentales como matemátias o catalán, trabajando por proyectos, con talleres prácticos, por ejemplo de carpintería o cocina, para aumentar su motivación. La responsable de la sección educativa de Prosec, Núria Cruz, destacó que este modelo alcanza un nivel de éxito del 70%-80%.

Es decir, que entre siete y ocho de cada diez estudiantes que pasan por estas aulas se gradúan. La UEC de Lleida está actualmente en Cappont (antes hubo una en el Centro Histórico y otra en Cappont) y dispone de 32 plazas, ampliables a 34. La de Almacelles tiene 12, ampliables a 14.

Ofrecen apoyo personalizado al alumnado, con materias adaptadas y prácticas, y a través de la acción tutorial, inciden también en el desarrollo de sus habilidades emocionales y sociales. En el último curso, entre ambas atendieron a 46 estudiantes y para el próximo están asignados 39, que son los alumnos con informes de la inspección educativa que recogen las demandas de derivación que piden las direcciones de los institutos, según indicó Cruz. No obstante, podrían ser más porque hasta finales del segundo trimestre (marzo-abril de 2024) puede haber peticiones de los centros para incorporar a más jóvenes, que ya seguirán en las UEC en el siguiente curso.

Se trata esencialmente de alumnos tercero y cuarto de ESO, aunque puede haber algunos de segundo, a los que el entorno escolar ordinario no les favorece y se considera que derivarlos a las UEC puede ayudarles a “centrarse” y acabar con éxito a los 16 años la formación obligatoria. Cruz señaló que estos jóvenes tienen necesidades diferentes por cuestiones sociales, personales o familiares que repercuten también en su rendimiento académico, y han agotado los recursos que ofrece el sistema educativo convencional. “Pueden tener problemas conductuales, de adaptación al medio o de absentismo, por ejemplo”, detalló.

Están escolarizados en las UEC seis horas al día (treinta a la semana) en horario intensivo de mañana y se intenta crear un vínculo tanto con los alumnos como con sus familias. La responsable de estas UEC afirmó que se les hace un seguimiento individualizado durante el tiempo que están en estas aulas y un acompañamiento durante tres años después de haber acabado la educación obligatoria.

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