Los musulmanes se van del Palau de Vidre de Lleida sin tener un lugar alternativo donde rezar

La comunidad musulmana Ibn Hazm celebró ayer su último rezo en el Palau de Vidre y se ha quedado sin un lugar alternativo que le sirva como mezquita. Y es que ayer era el último día que podían utilizar este espacio después de que la semana pasada la Paeria se lo volviera a ceder hasta el inicio de las obras de rehabilitación. Estas empezarán la próxima semana y los musulmanes no han presentado ninguna propuesta viable para una nueva mezquita.

Así lo aseguró el teniente de alcalde de Acción e Innovación Social, Carlos Enjuanes, que detalló que “desde que les comunicamos que debían abandonar el Palau de Vidre han planteado varios locales y terrenos que no cumplían la ordenanza de centros de culto y el alcalde ya dijo esta misma semana que no cambiaremos la normativa urbanística por un caso particular”. Es por ello que el consistorio les sugirió buscar locales para pequeños oratorios, repartiendo a los fieles de una comunidad que los viernes, el día sagrado para el islam, congregan cerca de un millar de personas en el Palau de Vidre. “Lo descartaron y siguieron presentando terrenos y zonas que no eran viables y ahora nos hemos emplazado a que encuentren un espacio para el rezo del viernes que viene” detalló Enjuanes.

El segundo teniente de alcalde también descartó que estén más tiempo en el Palau de Vidre. “Hoy mismo debemos entregar las llaves a la empresa constructora para que empiece con los trabajos previos”, zanjó.Por su parte, un portavoz de la comunidad Ibn Hazm reconoció que no habían llegado a un entendimiento con la Paeria y que la última propuesta que presentaron era habilitar una carpa para rezar “en el lugar que considere la Paeria”. Por ahora no han recibido respuesta.

La ordenanza que regula la apertura de centros de culto establece que pueden abrirse en los bajos de edificios si su aforo no supera las 200 personas, siempre que haya aparcamiento y la calle cumpla unas determinadas condiciones, como por ejemplo que no sea peatonal. Pero si, como es este caso, quieren abrir un templo con más aforo, debe estar en una edificación aislada que pueda acoger un equipamiento comunitario. De este modo, los musulmanes se van de la que ha sido su mezquita desde 2011, cuando alquilaron el Palau de Vidre tras cerrar la de la calle del Nord.