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Fachadas invadidas por cables en Lleida
Vecinos y arquitectos piden a la Paeria que haga cumplir a las compañías la normativa que reduce su impacto visual. También lo ven un riesgo a causa de su falta de mantenimiento
Fachadas llenas de manojos de cables, algunas veces enrollados de cualquier manera, que discurren junto a ventanas y balcones. Es la imagen que se repite en cientos de bloques de pisos en todos los barrios de la ciudad, después de que a los tradicionales cables eléctricos se les haya sumado en los últimos años los de las compañías de telefonía. Y a todo ello hay que añadir las distintas cajas de distribución que las acompañan.
Un hecho que provoca, además de una mala imagen, un riesgo para sus vecinos, ya que parte de los cables no tienen el mantenimiento necesario o incluso están en desuso. Así lo asegura el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV), Toni Baró, que dice que hará una encuesta en todos los barrios para conocer el grado de afectación de esta problemática y pedirá a la Paeria que tome medidas, ya que “hay una ordenanza que regula la instalación de cableado, pero el ayuntamiento no la hace cumplir como es debido”.
Pero ¿qué dice la ordenanza del paisaje urbano al respecto? Detalla que en los edificios de obra nueva el cableado debe ir soterrado, en los inmuebles a reformar se deben habilitar en un compartimento oculto, mientras que en el resto de edificios se podrán colocar de forma horizontal al nivel del techo de la planta baja, pero entendiendo que esta es una medida temporal.
Señala que las compañías de suministro son las que se deben encargar del mantenimiento y decoro del cableado y están obligadas a impedir “en todo momento, la provisionalidad, el desorden, la dejadez así como su visibilidad ostensible” y la Paeria también puede ordenar a las compañías o a los propietarios del inmueble su retirada o reconstrucción. Una medida que ya aplicó hace un año, cuando ordenó a tres compañías a retirar el cableado de un edificio en la esquina de las calles Lluís Companys con Roca Labrador.
Al respecto, Baró reconoce que “el cableado en las fachadas es una queja recurrente en todos los barrios”, especialmente en sus zonas más antiguas. “Al ser edificios más viejos no hay la posibilidad de soterrar los cables o esconderlos, por lo que los dejan pegados a la fachada y, además de dar muy mala imagen, tanta acumulación de cables puede ser peligrosa por si hay algún cortocirtuito o un fallo eléctrico grave”, añade.
Por su parte, el presidente del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Lleida, Lluís de la Fuente, reconoce que “si la Paeria no presiona en el cumplimiento de la ordenanza es muy difícil que las compañías actúen por su cuenta”. En este sentido reconoce que “nos cuesta horrores pedir que reubiquen cableado” y que muchas veces ponen uno nuevo y el viejo no lo retiran, “lo que puede suponer un riesgo añadido para todos los vecinos”. Por todo ello, de la Fuente reclamó a la Paeria “un mayor control en el cumplimiento de la ordenanza”, y aplicar sanciones ejemplares a las compañías que la incumplen.