Denuncian que los trenes de alta velocidad de Iryo agrietan casas en l'Horta de Lleida

Vecinos cuyas casas están junto al by-pass por l’Horta de la línea de alta velocidad ferroviaria, en partidas como las de la Mariola y Empresseguera, denuncian que sus casas se agrietan desde que pasan los trenes de la compañía italiana Iryo, que también provocan fuertes temblores. “Hay una quincena de afectados que temen por la seguridad de sus hogares”, asegura la presidenta de la asociación de vecinos del Camí de la Mariola, Marina Pifarré, que afirma que han solicitado al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) que estos trenes disminuyan la velocidad a su paso por l’Horta, “pero nos hemos encontrado todas las puertas cerradas”. Los trenes de alta velocidad de Iryo comenzaron a circular entre Barcelona y Madrid por el by-pass de Lleida hace casi un año, el pasado noviembre.

Una de las afectadas explica que un trozo de yeso de la medida de un palmo se desprendió recientemente del techo de su comedor y que “en los últimos meses han aparecido varias grietas que se van haciendo más anchas, las tapamos y se vuelven a abrir”. Añade que “una pequeña estatua que tenemos en una estantería se ha caído en varias ocasiones, fruto de los temblores”. Otra vecina indica que las fuertes vibraciones y el ruido que provocan los Iryo “pueden ser hasta diez veces mayores que los de los AVE”. 

Explica que cada día circulan más de 80 trenes por el by-pass, “pero los italianos son los únicos que causan serios problemas, que se empezaron a dar hace menos de un año”, que fue cuando Iryo comenzó a operar. Por ello, ha contratado a una empresa especializada que llevará a cabo un estudio para analizar si los temblores pueden comprometer la estabilidad de su hogar. “Adif se limita a decir que las vías son seguras”, añade.

Raimat también tuvo problemas similares

Adif llevó a cabo obras en 2011 para estabilizar 270 metros del talud de la vía de la línea férrea convencional su paso por Raimat, después de que vecinos de una calle situada justo encima llevaran una década denunciando grietas en sus casas que atribuyeron a la inestabilidad del terreno.