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Carreras de género en la UdL

En las ingenierías la inmensa mayoría de alumnos siguen siendo hombres, mientras que las mujeres predominan en los grados relacionados con la educación, el cuidado de las personas y las lenguas

Pese a los esfuerzos para acabar con los estereotipos, la brecha aún continúa

Carreres de gènere a la UdL

Cahymaa Dkouk y Laura Haro son dos leridanas que estudian Ingeniería Informática en la UdL. - GERARD HOYAS 

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Sònia Espín/Santi Costa Domingo

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La brecha de género sigue vigente a la hora de escoger estudios universitarios, pese a las acciones que la Universitat de Lleida (UdL) lleva a cabo desde hace años para intentar acabar con los estereotipos de género que asocian a las mujeres las carreras relacionadas con el cuidado de las personas, la educación o las letras, y a los hombres con las ingenierías y las ciencias. 

Con datos de este curso facilitados por la UdL, se constata que las titulaciones más masculinizadas son la de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática y la de Ingeniería Mecánica, donde menos de una de cada diez alumnos son mujeres (un 9,1% y un 9,6%). Le siguen, con un 10,5%, el grado en Técnicas de Interacción Digital y de Computación, que se imparte en el campus de Igualada, y el de Ingeniería Informática, con un 11,7%, que la vicerrectora destaca que ha incrementado la presencia femenina en los últimos cursos. Otras cinco titulaciones del ámbito de las ingenierías tampoco llegan al 20% de mujeres en las aulas.

En cambio, carreras más sociales, sanitarias y de letras siguen eminentemente feminizadas. La que encabeza el ranking es el doble grado de Educación Infantil y Primaria, con un 94,1%. En primero, son 2 chicos y 36 chicas. La segunda posición la ocupa el doble grado de Lenguas Aplicadas y Filología Catalana, con un 90% de mujeres, y el tercero, con un 89,5%, el mismo doble grado pero con Filología Hispánica. En otras seis titulaciones, ocho de cada diez estudiantes son chicas (el doble grado con Estudios Ingleses, Enfermería, Educación Social, Educación Infantil, Ciencia Biomédicas y Psicología) y en dos más roza este porcentaje (Trabajo Social y Medicina).

La vicerrectora de Compromiso Social, Igualdad y Cooperación, Núria Camps, reconoció que existe aún una “prevalencia de segregación vocacional por razón de género a la hora de elegir estudios”, aunque cree que se ha comenzado a revertir, y consideró que no se debe hacer recaer solo en las mujeres la responsabilidad de cambiar esta situación. Remarcó que lo ideal sería que los jóvenes se “liberaran de determinismos sociales” a la hora de tomar esta decisión y recordó que la UdL inició hace años actividades para romper los estereotipos en este sentido, pero señaló que, en defintiva, son “un reflejo de lo que pasa en la sociedad”.

«Faltan referentes femeninos en el sector tecnológico y las ingenierías»

Cahymaa Dkouk y Laura Haro son dos leridanas que estudian ingeniería Informática. Desde que se interesaron por esta especialidad sabían que era un sector donde predominan los hombres. “En mi grado éramos dos chicas en una clase de cincuenta”, señala Dkouk, mientras que Haro apunta que en la suya hay diez en una clase de sesenta. “Cuando te preparas para entrar en la carrera ya ves que las mujeres somos minoría ya en el Bachillerato”, señala Haro, que cree que una de las causas de la ausencia de mujeres en ingenierías se debe a la falta de referentes femeninos. “Cuando te ponen a un ingeniero como ejemplo es un hombre”, sentencia Haro, mientras que Dkouk también lo atribuye “a la idea errónea de asociar la Informática con los videojuegos, cuando sus aplicaciones son universales”. 

Por su parte, la directora de la Escuela Politécnica Superior, Magda Valls, reconoció que “está claro que faltan referentes femeninos en el mundo tecnológico” y remarcó que desde la universidad han hecho “centenares” de conferencias en institutos para atraer a más universitarias.

«Hacemos lo que nos gusta, sin tener en cuenta los estereotipos»

Pau Barceló de Tarragona y Joan Orteu de la Fuliola son los únicos chicos de la clase de primero del doble grado de Infantil y Primaria. Jordi Echevarria

Pau Barceló, de Tarragona, y Joan Orteu, de La Fuliola, cursan primero del doble grado de Infantil y Primaria y son los únicos chicos de la clase. El resto son 36 chicas. Aseguran que eligieron estos estudios por vocación y que no les influyó que sean tradicionalmente feminizados. “Al principio me sorprendía que en clase hablaran en femenino porque son mayoría, pero ya me he acostumbrado”, afirma Pau, y remarca que “yo estudio lo que me gusta, sin tener en cuenta estereotipos”, una afirmación que Joan corrobora. Señalan que están plenamente integrados con sus compañeras y que no han recibido comentarios de nadie por haber escogido una carrera en la que la mayoría son mujeres. 

El decano de la facultad de Educación, Psicología y Trabajo Social, David Aguilar, destaca que en los grados de Infantil desde hace años que se inscriben pocos chicos, mientras que en Primaria el porcentaje alcanza ya el 40%. Apunta que esta situación pervivirá hasta que no cambie la concepción social que asocia ciertas profesiones a las mujeres.

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