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Los científicos gritan por el clima

Trece profesores e investigadores de la UdL, entre los más de 15.000 que se han adherido a un informe que alerta del posible colapso de la humanidad por el calentamiento global

Sus autores destacan que ya es una “amenaza sistémica” y abogan por un cambio de modelo económico

La gran sequera d’aquest any ha reduït al mínim les reserves de molts pantans, com el de Canelles.

La gran sequía de este año ha reducido al mínimo las reservas de muchos pantanos, como el de Canelles. - SEGRE

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“Los efectos del calentamiento global son cada vez más graves y las posibilidades de un colapso social mundial son factibles”. Este es el inicio de las conclusiones del “Informe sobre el estado del clima 2023: entrando en un territorio inexplorado”, publicado esta semana por la revista BioScience y al que se han adherido más de 15.000 científicos, entre los que figuran trece de la Universitat de Lleida. 

Uno es el catedrático de Agrónomos Delfí Sanuy, que también es contundente. “El planeta Tierra seguro que seguirá adelante, pero ¿y los humanos? Nuestra obligación como científicos y seres humanos es hacer ver a la gente que hay un problema muy grave y que es necesario actuar”, dice. Otro es el catedrático de Ingeniería Forestal Lluís Coll, que afirma que este informe “es un grito de la comunidad científica”. “Debemos cambiar nuestra perspectiva sobre la emergencia climática, de ser solo una cuestión ambiental aislada a una amenaza sistémica y existencial”, indica el informe. Sanuy y Coll lo comparten. El primero cree que “nosotros y nuestros hijos sobreviviremos, pero los nietos pueden sufrir mucho”. Y el segundo opina que “vamos muy tarde, y de todos los escenarios sobre la evolución del cambio climático planteados durante los últimos 20 o 30 años siempre se cumple el peor e incluso se excede”. Sanuy alerta de que muchas zonas del planeta serán inhabitables, provocando masivos movimientos migratorios, y que parte de los afectados “vendrán aquí con todo el derecho del mundo huyendo de la miseria”. 

El informe prevé que a finales de siglo entre 3.000 y 6.000 millones de personas (entre un tercio y la mitad de la población mundial) quedarán fuera de “la región habitable” y se enfrentarán “a un calor intenso, a una disponibilidad limitada de alimentos y a tasas de mortalidad elevadas debido a los efectos del cambio climático”. Sus autores condenan “la noción predominante de crecimiento interminable y consumo excesivo por parte de países e individuos ricos como insostenible e injusto”. “Abogamos por reducir el consumo excesivo de recursos”, indican. “Habría que cambiar el modelo económico”, sostiene Sanuy, que admite que ni los países ni los grandes poderes están por la labor. Mientras, Coll ve necesario “parar de crecer, hay que aplicar las tres R: reducir, reutilizar y reciclar”. Otro profesor de la UdL que suscribe el documento, Manuel Ibáñez, destaca que lo hizo “porque los datos son rigurosos e incontestables”. 

Y lamenta que “como ciudadano y padre de familia llevo 30 años luchando en este tema y no veo que la gente joven tome el relevo. Al contrario, se añaden al consumismo irresponsable mientras el carro se’n va fent bots pel pedregar”.

“Como científicos, se nos pide cada vez más que digamos al público la verdad sobre las crisis a las que nos enfrentamos”, señala el informe. “La verdad es que estamos conmocionados por la ferocidad de los fenómenos meteorológicos extremos en 2023. Tenemos miedo del territorio inexplorado en el que hemos entrado”, prosigue, y advierte “sobre el posible colapso de los sistemas naturales y socioeconómicos en un mundo en el que enfrentaremos un calor insoportable, frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, escasez de alimentos y agua dulce, aumento del nivel del mar, más enfermedades emergentes y un aumento del malestar social y de los conflictos geopolíticos. El sufrimiento masivo debido al cambio climático ya está aquí”. Precisamente, Sanuy subraya la paradoja de que no se escuche los científicos “cuando antes lo que decían iba a misa; ahora se niega la pandemia o se defiende que la Tierra es plana, se cuestiona a la ciencia cuando siempre ha hecho avanzar a la humanidad”. Por su parte, Coll precisa de que al margen de que 2023 sea un año con fenómenos extremos, el cambio climático se constata con la evolución a lo largo de los años. “La tendencia es clarísima y el negacionismo confunde lo que es el tiempo, que un día haga mucho frío, por ejemplo, con el clima, que se refleja en series largas”. En este sentido, considera que una de las causas de la falta de acción política para afrontar el calentamiento global obedece a que este es gradual. “Los políticos actúan de forma reactiva y no preventiva”, remarca, y añade que los países que emiten más gases de efecto invernadero son los menos afectados y tienen menos presión para cambiar de modelo.

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