Migración en primera persona

“No veía solo la valla, sino que me venía la imagen de personas intentando atravesarla. Hijos, menores, embarazadas.. Y después también lo relacionaba con los jóvenes con los que habíamos estado pasando la tarde, cantando y bailando, que tenían las cicatrices de haber saltado la valla. Vinculas la valla con las cicatrices. La valla, de hecho, es la prueba final del viaje”. Así recuerda Anna, alumna de segundo de Bachillerato del colegio Claver-Jesuïtes Lleida, cómo le impactó su reciente estancia en Ceuta junto a otras seis estudiantes del centro en el marco del proyecto Frontera Sud de la Fundació Jesuïtes Educació, que tiene como objetivo conocer la realidad de la migración y ayudarles a desarrollar una mirada crítica, reflexiva y de compromiso hacia esta cuestión. Junto a alumnos de otras escuelas de los Jesuítas (41 estudiantes y 7 educadores en total) visitaron la valla fronteriza con Marruecos y compartieron experiencias en primera persona de jóvenes migrantes.

Antes del viaje, los alumnos de Bachillerato efectuaron actividades relacionadas con la migración y las personas refugiadas. Virginia Menéndez, educadora responsable de Frontera Sud, detalla que es “mucho más que un viaje, es un aprendizaje desde la vivencia, una experiencia para vivir la situación migratoria desde el terreno” y añade que “no se habla de malos y buenos, se invita al alumnado acercarse a los ciudadanos de Ceuta, a las instituciones relacionadas con el ámbito migratorio y a deshacer prejuicios trabajando el racismo y el clasismo que muchas veces tenemos integradas en nuestra cultura”. 

Otra alumna del Claver, Maria del Blau, apunta que les sorprendió la “normalidad” con la que la población de Ceuta convive con la migración”, mientras Maria destaca que “veía la valla y al fondo España y pensaba, ¿cómo no van a querer cruzar?”. Anna subraya que han pasado de ver la inmigración en abstracto a poner caras y nombres”, los de las personas con las que compartieron unos días. “No tiene nada que ver cómo era cuando me fui a cómo he vuelto. Somos personas diferentes, Te hace ver de forma diferente tus problemas y pensar que algunos no son para tanto”, remarcan Laia y Anna.