La Guardia Urbana de Lleida puede llegar a recuperar 2.000 objetos perdidos en un año
De la gran mayoría se localiza el propietario
La Guardia Urbana de Lleida puede llegar a recuperar hasta 2.000 objetos perdidos en un año a la ciudad y de la gran mayoría, se localiza el propietario, aunque no siempre acuden a la comisaría para recogerlos. La ACN ha visitado la oficina Hallazgos de la comisaría y ha hablado con el suyo responsable, Josep Borges, que ha puesto en valor el trabajo para encontrar a los propietarios de los objetos perdidos, que en muchos casos provienen de la calle pero también de supermercados, hospitales y del transporte público. La mayoría de objetos perdidos son carteras robadas con documentación, móviles, llaves y prendas de ropa, pero también les llegan curiosidades como un juego de palos de golf, una silla de ruedas con batería o cartas de amor.
"Cualquier cosa que se pierda a la ciudad de Lleida o que sea de algún leridano y se pierda en otra ciudad la recogemos nosotros". Así de contundente se muestra el agente Josep Borges, que también asegura que a partir del momento que se les entrega el objeto en cuestión, se registra y queda custodia del cuerpo policial mientras se intenta localizar "por todos los medios" a su propietario.
Hay diferentes vías de recogida y entrada de objetos ya que lo puede encontrar alguien y llevarlo a la comisaría o se lo pueden encontrar agentes de patrulla. Por otra parte, diferentes instituciones o empresas privadas también hacen llegar objetos perdidos a la Guardia Urbana; provienen sobre todo de supermercados, hospitales y también de Autobuses de Lleida, ya que al transporte público es un lugar donde la gente se acostumbra a dejar cosas. También pueden llegar a través de otras policías locales, que envían objetos perdidos a sus municipios relacionados con vecinos de Lleida.
Borges explica que cuando se pierde alguna cosa, el primero que se tiene que hacer es poner una denuncia. En este sentido, se refiere a los teléfonos móviles como uno de los objetos perdidos más comunes y que además, en algunos casos de un valor económico elevado. En comisaría los conectan para que tengan batería y funcionen por si el mismo propietario llama. Josep Borges remarca que es importante facilitar el máximo de datos posible como el número de IMEI, la marca, el modelo y el color. Y se que desgraciadamente hay muchos móviles perdidos que funcionan perfectamente y se tienen que acabar enviando a destruir porque no se ha podido localizar su propietario.
La búsqueda de los propietarios de los objetos perdidos es una labor que comporta tiempo pero Josep Borges destaca que con la experiencia de los años que se dedica, cada vez consigue ir más rápido. Para encontrar a los dueños de las cosas que les llegan se puede tratar de investigar tanto a los centros comerciales donde se ha vendido el objeto en cuestión, como entre familiares, amigos, escuelas o instituciones que tienen algún tipo de relación.
Muchas veces se acaba localizando una gran parte de los propietarios de los objetos que les llegan, pero no siempre acuden a comisaría para recogerlos. La Guardia Urbana recomienda marcar con el nombre o alguna otra señal las cosas que llevamos encima con el fin de poder identificarlas en caso de pérdida.
Desde unos palos de golf en una carta de amor
A la oficina de objetos perdidos llega de todo. Mayoritariamente son claves de domicilio o de coche, carteras robadas que contienen documentación o prendas de ropa como bufandas, guantes y también otros objetos de electrónica que la gente se puede dejar al autobús como unos auriculares. De vez en cuando sin embargo, llegan cosas sorprendentes como es el caso de un juego de 9 palos de golf con su bolsa del cual todavía no se ha conseguido localizar al propietario. Josep Borges explica que otro caso curioso fue el de una silla de ruedas en motor eléctrico que se encontró aparcada en medio de la calle y funcionaba perfectamente. Era un objeto de mucho valor y después de investigar encontraron a su propietario que era un señor que lo había cogido a su mujer para no cansarse andando y al final la aparcó en la calle pensante que nadie le tocaría.
La Guardia urbana también ha llegado a encontrar unos audífonos de una persona que tenía pocos recursos económicos. Cuando la avisaron que informar de que los habían recuperado, se puso muy contenta porque son unos aparatos muy caros y no tenía dinero para comprar otros.
Pero no todo lo que es valora más tiene un elevado coste económico y se que en una ocasión, una señora perdió un bolso de mano que valía miles de euros pero cuando llamó a la policía para saber si lo habían recuperado sólo estaba preocupada por recuperar la fotografía de un familiar que había en el interior. El mismo pasó con una carta de amor perdida entre dos jóvenes enamorados.
Los objetos perdidos de los cuales no se puede localizar su propietario no se quedan indefinidamente en la comisaría. Algunos como las prendas de ropa que todavía están en buenas condiciones se entregan a entidades sociales que las reaprovechan como Càrites. Por otra parte, en el caso de algún instrumento musical, se ha llegado a contactar con escuelas de música para tratar de ofrecerlos. Con respecto a los objetos que tienen más valor, se dejan en custodia al Ayuntamiento de Lleida, en la oficina de gestión económica.