ESNOTICIA
La escuela necesita mejorar
Directores de centros analizan los mediocres resultados de las pruebas de competencias básicas
Reivindican la cultura del esfuerzo y piden más recursos para atender la diversidad de alumnos
El empeoramiento del resultado en las competencias básicas de los alumnos, sobre todo en lenguas, preocupa a los centros. Apuntan como causas una pérdida de la cultura del esfuerzo y del nivel de exigencia, a la falta de recursos para atender a la diversidad y a que deben ocuparse de cuestiones que creen que no les competen directamente.
Los últimos resultados de las pruebas de competencias básicas de los alumnos catalanes ponen de manifiesto un empeoramiento de sus conocimientos sobre todo en lengua catalana y castellana, con los peores resultados de los últimos nueve años en cuarto de ESO. Los de matemáticas se mantienen, pero son de lejos los peores de todas las materias. Directores de centros educativos coinciden en que esta situación es fruto de múltiples causas y que no solo se deben atribuir a la enseñanza, sino a la sociedad en general.
Apuntan que “hay que recuperar la cultura del esfuerzo, hacer deberes desde Primaria” porque “ahora hay alumnos que llegan al instituto y no saben qué es un examen”. Señalan que “deben saber que se han de esforzar, ahora enseguida están cansados”, y añaden que “se debería revalorizar tener el graduado, ahora aprobar sale barato”. Consideran que “la exigencia a nivel educativo ha bajado, antes al final de Infantil el alumno ya sabía leer, ahora no”. “La cultura del esfuerzo es primordial, cuando se está en el aula hay que trabajar al máximo”, subrayan, e inciden en que “hay alumnos que acaban la ESO muy bien, pero en general ha bajado la exigencia, para el que no trabaja resulta más fácil salir adelante” y proponen itinerarios específicos para los que a los 14-15 años no quieren seguir estudiando. Además, constatan que en materias como matemáticas, hay alumnos que llegan al instituto con graves carencias de conocimientos.
Destacan que “las pruebas de nivel son de tipo examen de materias tradicionales y hoy en día los alumnos son más multifuncionales”, pero reconocen que “el alumnado actual tiene dificultades de saber estar concentrado y escuchar, porque aunque los niños de Primaria no tengan móvil, en casa usan tablets, ordenador o ven Netflix y otras plataformas”. Señalan que “la tecnología en el aula es una herramienta útil”, pero siempre que “se aprenda a sacarle el rendimiento óptimo” y creen que las familias tienen también un papel fundamental a la hora de gestionar su uso por parte de los niños.
Aseguran que el entorno socioeconómico influye en el nivel de los alumnos. “Hay centros con más de la mitad de alumnos recién llegados y parte de ellos no entienden catalán ni castellano”, destacan. Esta situación afecta a la comprensión lectora y redunda en un peor rendimiento académico general. “Las aulas de acogida hacen un buen trabajo, pero faltan mucho más recursos. Y lo mismo con la educación inclusiva, faltan veladores para atender a los niños con necesidades específicas”, detallan. Recalcan que muchas familias de entornos desfavorecidos “no tienen recursos para ayudarlos en casa” y sienten que “desde los centros debemos suplir la educación que no reciben” de sus familias. Relatan que en los últimos años “se prima mucho la atención social del alumnado, que no haya desigualdades con los recién llegados y los de entornos desfavorecidos, y se ha dejado de lado la consolidación de contenidos”. “Con más recursos se podrían reducir ratios en matemáticas, catalán e inglés y personalizar el aprendizaje”, indican, y creen que ahora “parece primar potenciar la cohesión social, que es muy importante, a mejorar los resultados educativos”.
Alertan de que “los continuos cambios de normativa por parte del ministerio y del departamento de Educación no ayudan”. Reconocen que “los nuevos currículums y orientaciones se hacen con buena intención, pero trabajar de forma competencial y por proyectos requiere que nos expliquen cómo quieren que lo hagamos, porque los profesores quizás tampoco sabemos cómo hacerlo bien”. Hay un poco de descoordinación”, inciden. Además, sienten que desde los centros deben ocuparse de formar a los alumnos en” demasiadas cuestiones” que creen que no les corresponderían, sin tener los suficientes recursos para ello.