El acusado de abusar de su hija menor de edad en Tàrrega niega los hechos en la Audiencia de Lleida

La Audiencia de Lleida ha juzgado este miércoles a un hombre acusado de abusar sexualmente de manera continuada de su hija menor de edad cuando vivían en Tàrrega entre los años 2018 y 2020.

El acusado ha negado hacer ningún tocamiento de carácter sexual a la niña y ha asegurado que jugaban "como padre e hija". Acto seguido, la sala ha reproducido al testimonio que la menor ofreció durante la fase de investigación del caso y en que afirmaba que su padre le hizo tocamientos tanto por dentro como por fuera de la ropa desde que tenía 10 años. Los psicólogos que atendieron a la chica consideran que su relato tiene indicadores de "verosimilitud y credibilidad".

La fiscalía ha solicitado 6 años de prisión para el acusado y la defensa la absolución.

El acusado ha afirmado que "nunca he tocado a mi hija" y, de hecho, ha añadido que nunca se ha encargado de bañarla o vestirla porque "no me gusta". También ha negado meterse con la denunciante en la cama durante los años en los que datan los hechos. "Ella solo dormía con mi mujer", respondió a preguntas de la fiscal.

Por su parte, la menor declaró, durante la investigación del caso, que su padre entraba frecuentemente en su habitación y se tumbaba a su lado en la cama para hacerle tocamientos tanto "por dentro como por fuera de la ropa" en las "partes íntimas, como el culo y los senos". En este sentido, afirmó que la trataba como si fuera su "pareja" y que, cuando había gente delante, simulaba que todo era un "juego". Asimismo, explicó también que el acusado "se enfadaba" cuando intentaba impedirle que la tocara.

Una situación que la "incomodaba" pero que no la relacionó con un caso de abuso sexual hasta más tarde, cuando empezó a vivir en un centro de menores en Tremp después de que sus padres perdieran su custodia por otros hechos ajenos al juicio. Concretamente, la menor reveló lo sucedido a la educadora social del centro que ejercía y ejerce todavía como su tutora legal, quien le acompañó a presentar la denuncia a los Mossos. La propia tutora ha ratificado el testimonio de la menor durante la vista y ha indicado que ésta necesita atención psicológica después de los hechos.

Asimismo, los psicólogos del equipo de atención y asesoramiento que atendieron a la denunciante han declarado que el relato de ella tiene indicadores de "verosimilitud y credibilidad", ya que "existe una estructura lógica que se mantiene" en el tiempo. Por otra parte, la mujer del acusado declaró que "siempre" vio una relación de "confianza" entre padre e hija y no da "credibilidad" a los hechos que se denuncian.

Uno de los puntos que se han considerado durante el juicio es si el retraso mental leve que tiene el acusado es suficiente para eximirle de la condena, tal y como ha planteado el abogado de la defensa. En este sentido, el especialista que elaboró el informe forense del caso ha declarado que el hombre "sabe diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal", aunque "requiere ayuda para entender cosas de gran complejidad".

Sin embargo, la fiscalía y el abogado de la Generalitat consideran que los abusos han quedado acreditados con el testimonio de la menor y que, además, están reforzados por las declaraciones de otros testigos. De esta forma, se ha solicitado para el hombre 6 años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años con el agravante de parentesco y 7 más de libertad vigilada con la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la víctima y comunicarse con ella. También una indemnización para la chica si más adelante su padre deja de ser insolvente.

Por contra, la defensa cree que no hay ninguna prueba "periférica" para corroborar los hechos y que la declaración de la víctima tiene "contradicciones" en cuanto a la frecuencia en la que se habrían cometido los supuestos abusos. Además, el abogado defensor añadió que corresponde a la sala determinar si el acusado era conocedor de lo que hacía y de sus consecuencias. Después, pidió su absolución.