SANIDAD EQUIPAMIENTOS
La saturación en Urgencias de Salud Mental del Santa Maria de Lleida obliga a agilizar altas
La dirección explica que “lo hacemos para poder ubicar a los pacientes más graves que necesitan más tiempo”
Los sindicatos vuelven a denunciar su “estado lamentable” ante Inspección del Trabajo
El nivel de saturación en el servicio de Urgencias de Salud Mental del hospital Santa Maria causado por el aumento de la presión asistencial y la falta de profesionales y equipamientos llega a “forzar altas antes de lo que sería previsto cuando hay un pico de pacientes”. Así lo afirma el director de los Servicios de Salud Mental y Adicciones del centro, Jordi Blanch. Explica que “mantenemos la hospitalización a los pacientes que lo necesitan, pero lo aplicamos cuando es necesario para descongestionar el servicio y poder ubicar a los que acuden en un estado más grave y necesitan estar más tiempo”. Al respecto, destaca que “hemos notado un incremento de personas con problemas de consumo de sustancias, a los que no se les suele poder dar de alta fácilmente en Urgencias”. Asimismo, explica que se da el fenómeno de “camas calientes” –tener que ocuparlas inmediatamente después de que queden libres–, y valora que “no tendría que ocurrir, deberíamos tener más margen”.
La noche del miércoles fue una de las que registró un mayor colapso en el área de Salud Mental del Santa Maria. “Había seis adultos y dos menores”, asegura Helena Motos, de CCOO. “Con sus acompañantes sumaban diez personas durante toda la noche, más las nuevas visitas que se atendieron”, añade. Estos picos de pacientes obligan a situarlos en camillas separadas con biombos que ocupan el pasillo del área. “Solo hay un cuarto de baño y no disponen de ninguna ducha, necesitamos una solución temporal urgente”, valora Motos, que propone “transformar despachos en habitaciones para tener más espacios de drenaje”.
Este hecho llevó a los sindicatos Metges de Catalunya, CCOO y Satse a poner una denuncia ante Inspección del Trabajo a mediados de septiembre por el “estado deplorable” del servicio. “Ante la falta de respuesta, hoy volvemos a denunciarlo a la Inspección del Trabajo”, aseguró Santiago Miguelsanz, delegado de Metges de Catalunya en el hospital. “Ponemos estos separadores para preservar la confidencialidad e intimidad de los pacientes”, indica Blanch, que afirma que esta situación “no supone una mala asistencia”. “Forzar una alta significa no estar haciendo bien el trabajo e implica un reingreso a corto plazo”, sostiene Miguelsanz, que define las condiciones del servicio como “lamentables” por “la falta de espacio para hacer ingresos y atender en condiciones” a los pacientes. “En la relación de puestos de trabajo de la que nos han informado recientemente constan 40 plazas de psiquiatras a fecha de este marzo, pero varias no están cubiertas”, advierte el delegado. Al respecto, afirma que “muchas quedan desiertas por la malas condiciones laborales”.