Aumentan los leridanos con secuelas graves de accidentes, 127 este año

Ayudar a las víctimas de accidentes de tráfico con heridas graves y secuelas permanentes a construir una nueva vida autónoma. Este es el objetivo del programa Invictes que ha impulsado el Servei Català de Trànsit (SCT) en todo el territorio catalán y que, en la provincia de Lleida, gestiona la asociación Aspid. Desde que se puso en marcha a principios de año, la entidad ya ha orientado a nueve leridanos con secuelas graves y sus familias. 

“Un accidente de tráfico cambia por completo el proyecto de vida de las víctimas con secuelas permanentes. Es un golpe emocional muy duro, que genera incertidumbre y desconcierto. Nos dimos cuenta de que, una vez salían del hospital, se quedaban un poco ‘huérfanos’ en este difícil proceso”, explicó ayer la presidenta de Aspid, Bibiana Bendicho, quien apuntó que este nuevo servicio ofrece un acompañamiento integral tanto a la víctima como a su entorno social. 

El programa ofrece orientación sobre trámites vinculados a la situación de discapacidad y/o dependencia, prestaciones o asesoramiento financiero; detecta barreras arquitectónicas en el hogar y propone adaptaciones para facilitar la accesibilidad; asesoramiento sobre movilidad (información para el uso de transporte público o vehículos de movilidad personal accesible y cómo se utilizan las adaptaciones); y facilita la inserción laboral, además de acompañar a las personas cuidadoras y facilitar las actividades de ocio. Por su parte, el director del Servei de Català de Trànsit, Ramon Lamiel, destacó que “uno de los problemas que tenemos actualmente es el incremento de personas heridas gravemente, un colectivo que no queremos dejar de atender y que trabajamos para reducir”. 

Aseguró que, en lo que va de año, han registrado un total de 127 víctimas de este tipo en accidentes en las carreteras leridanas, una cifra superior a la del 2022 y que, en comparación con el año prepandemia, ha aumentado un 5%.

«En un segundo me cambió la vida»

Andreu Sánchez

Víctima de un accidente

“Sufrí un accidente en 2017, cuando tenía 36 años. Iba con la moto y un conductor que se saltó un stop me arrolló. En un segundo me rompieron todo mi proyecto de vida. Fue un proceso muy traumático porque mi pareja y mi hija iban detrás mío en el coche y lo presenciaron todo. Estuve seis días en coma inducido y muchas semanas en el hospital. Durante todo este tiempo sufres mucha incertidumbre. Te preguntas: ¿cómo volveré a mi vida? En la rehabilitación hospitalaria te enseñan cómo moverte con la silla de ruedas y demás, pero no cómo enfrentarte a las barreras del día a día. Recurrí a Aspid porque ya los conocía y me ayudaron muchísimo. Pero me hubiera gustado tener un programa tan global como Invictes en el que no solo te ayudan a ti, también a tu familia. Yo era director global de una empresa tecnológica de Estados Unidos y tuve que dejar mi empleo. Siendo informático estaba convencido que podría seguir trabajando pero salieron unas secuelas neurológicas que son tan agudas que no puedo ni leer un libro en muchos momentos de mi vida. Todo esto aún genera un mayor problema psicológico. Nos hemos tenido que adaptar y reinventar, y ahí es donde siempre he tenido a Aspid al lado. Soy una persona muy activa y estoy dentro del grupo de deporte de Aspid, practicando tenis y pádel. También hago sensibilización desde Primaria hasta Bachillerato y formo parte del grupo de igual a igual para ayudar a personas que pasan por lo mismo con trámites que se vuelven una montaña”.