David Borrell: «Unificar el GRAF en Tremp nos permite ser más operativos»

Miembros de GRAF de Lleida hicieron el pasado lunes una rueda de prensa para denunciar que el cierre de la subsede en la capital del Segrià es una decisión “irresponsable” que se ha tomado desde los despachos de Barcelona y reclaman que se reconsidere la decisión. ¿Ha sido irresponsable?

No. Se trata de una decisión meditada y analizada desde el propio cuerpo de los Bomberos de la Generalitat con los GRAF incluidos y estamos convencidos que se va a mejorar esta unidad especializada en la extinción de incendios. Pensamos que es mejor a nivel logístico, de operatividad, de infraestructuras, de robustez de funcionamiento y de cohesión de equipo. Ahora la misma unidad estaba divididos entre Lleida y Tremp, operativa la mitad de días en una y la otra mitad, en la otra. No tenía sentido. Ya hemos hecho lo mismo en la demarcación de Girona y también lo haremos en los próximos años con Tarragona y Barcelona.

¿Por qué se cierra la subsede de Lleida y no la de Tremp? ¿Hay algún motivo concreto que lo explique?

De entrada no era fácil saber qué sede es la más adecuada. Lo que hemos hechos es priorizar. En este sentido, todo hace indicar que en los próximos años en los macizos del Prepirineo es donde podrían producirse los megaincendios –los denominados fuegos de sexta generación-. Es una consecuencia del cambio climático. Por este motivo se ha apostado por Tremp, por estar en un lugar más cercano.

Los afectados se han rebelado y afirman que dejarán la unidad. ¿Se van a perder efectivos del GRAF?

Esperemos que reconsideren su decisión porque, a nivel de capital humano, nos afectará. Sin embargo, no se van a perder efectivos de esta unidad. En Tremp serán 16, los ocho que hay actualmente en Lleida y los ocho de la capital del Pallars Jussà que, con la unificación, trabajarán de manera más compactada y cohesionada. Además, el objetivo es que antes del 2030 cada sede del GRAF de Catalunya cuente con 24 efectivos. La ciudadanía también debe entender que los GRAF no son un parque en sí sino que se trata de unes unidades móviles y ágiles que se pueden desplazar en cualquier momento. Así, por ejemplo, en el caso de un incendio incluso pueden ser transportados en helicóptero. Cabe recordar que ellos, como especialistas, son los autorizados para hacer fuego técnico (cortafuego).

Han advertido que se pueden perder proyectos de prevención de incendios en comarcas del llano de Lleida. ¿Supondrá el cierre de la subsede de Lleida un abandono de los proyectos?

No se va a perder ningún proyecto porque todos se llevan de manera conjunta y coordinada desde la unidad central del GRAF. Lo que se ha hecho hasta ahora tendrá continuidad. Estamos focalizados en la prevención y la extinción de incendios forestales. Sería un contrasentido.

Precisamente, este verano se presentaba como uno de los que había más riesgo por la sequía acumulada y las bajas temperaturas, entre otros aspectos. ¿Qué balance hace de la campaña?

Teníamos la situación más crítica desde el año 1994 pero la poca lluvia que cayó lo hizo en la mejor época del año en lo que se refiere a la prevención de incendios, entre los meses de mayo y junio. Estas precipitaciones fueron claves para que en junio y julio, pese a las elevadas temperaturas y las olas, el riesgo disminuyera. Repuntó en septiembre pero entonces el peligro ya no era tan elevado.

La sequía se mantiene. ¿Cuáles son las previsiones para este próximo año?

Es indudable que tenemos una sequía muy potente. Lo que vemos es que tendemos a una clara desestacionalización de la campaña forestal. Actualmente podemos decir que se alarga desde finales de febrero hasta octubre, con el verano como epicentro. Fuera de estos meses, si no hay viento, el riesgo es menor. No estamos adaptando a este nuevo panorama.

Hace tiempo que los sindicatos vienen denunciando que hay un déficit de efectivos en el cuerpo. ¿Se está paliando?

Todavía no estamos donde queríamos pero actualmente tenemos la cifra más alta de personal de los últimos años. En estos momentos hay unos 2.800 bomberos funcionarios y el objetivo es alcanzar los 3.850. .

También ha habido quejas de los bomberos voluntarios, que son gran parte de los efectivos. Piden más derechos y una regularización. ¿Hay solución?

Ha habido nuevas promociones. Nosotros defendemos un modelo mixto porque funciona. Sabemos que hay aspectos que se deben mejorar y en ello estamos trabajando. Conocemos su malestar pero creemos que los avances son en positivo.